Mis amigos Don Quijote y Sancho en el 2.015
Pasan por mi lado, tal como los conocemos. Van charlando animadamente, montando cada uno su cabalgadura.
Sancho: Su vuecelencia, habiendo recorrido toda la tierra, ciudades y pueblos, entrando en la intimidad de los sencillos y eruditos, hablando todos los idiomas, qué bien nos entienden siempre.
D. Quijote: Sancho, no seas atrasado ni cursi, usa lenguaje actual.
Sancho: Sr. Hidalgo, usted cambia de términos, pero no de costumbres ni de aspecto, ¡vea su armadura!
D. Quijote: Querido amigo, si te refieres a los transportes que llevamos y tal como vamos trajeados, pondremos de moda nuestras pelijas y bigotes.
Sancho: Perplejo estoy de ver esos cochazos y formas de diversión. Señor, ¿cómo podrán vivir con tanta incomodidad?
D. Quijote: Sancho, tienes que ir al fondo de la cuestión, los coches, son rápidos, generan empleo… pero contaminan. Si tanto piensas, mi fiel Sancho, no saben lo que se pierden, admirando los paisajes, oliendo las plantas, conversando con los caminantes como hacemos nosotros.
Sancho: Mi señor…
D. Quijote: (Cortando a Sancho con energía), Sancho, tuerce por esa línea y “aparca” en la Aliseda. Anda, pon algo de música de Bisbal.
Sancho: (Hablando para sí) No, si de los molinos de vientos a las batallitas, estamos pasando a la locura vulgar.
D. Quijote: ¡Qué bien lo hemos pasado en la Romería del Rocío!, los andaluces son fantásticos. (Pasadas un par de horas) Pues ya estamos aquí, descabalga junto al río y este centenario árbol, y tomemos un bocado.
Sancho: Señor, le veo preocupado y dolido, ¿qué he hecho mal?, que presto corrijo. Dígame, dígame…
D. Quijote: Querido y culto labriego, tú eres noble y fiel amigo mío, por eso después de más de 400 años que llevamos juntos, te diré el reconcome que tengo, una espina clavada en el alma al ver que nadie en este tiempo nos ha defendido. Ya sé que a ti también te duele el bulo divulgado: que no me gustan los libros; ¡y fíjate lo libros que llevamos en el serón!, los que hemos dejado en las bibliotecas y regalado a millones de amigos, como el mejor tesoro que se puede poseer.
Sancho: Don Quijote, me quita un peso de encima, creo que en nuestro libro pusieron en su boca algo que ni dijo ni piensa, pero sería intencionado, pues hay personas que piensan que la cultura es sólo para unos pocos y otros la desprecian actualmente.
D. Quijote: Sabio eres Sancho. A mi escribiente Cervantes lo malinterpretaron, ¡eso es!, no podía aguantar en mi corazón que Cervantes fuera desleal conmigo.
Sancho: Señor, siempre hubo deseos de dejaros maltrecho, por lo que piense que un buen libro hace a las personas más ilustradas y libres.
D. Quijote: Qué alegría me da escucharte. Nosotros hacemos que la humanidad piense, conozca, recapacite, aprenda y desarrolle su imaginación y cultura.
Sancho: No hable así que me emociono y se me quitan las ganas de comerme este gazpacho que nos dieron en la Huerta de La Carolina.
D. Quijote: Estoy pensando que iremos directamente a Alcalá de Henares, donde fue bautizado Cervantes, y le ofreceremos a la Patrona Santa María la Mayor estas flores que adornan esta bendita tierra de Jaén… Silencio, ¿oyes un ruido tras esos matorrales?
Sancho: (Con voz baja) Sí, y no es un jabalí ni un ciervo, ¿qué será?
D. Quijote: Alguien nos sigue hace buen rato. ¡Bandoleros en el 2.015 no serán!, anda, acércate y mira a ver qué es.
Sancho: (Yendo de puntillas hacia el lugar de donde proviene el ruido) ¡Oh!, ¡Don Quijote!, ¡es una nena alta, con algo en los dientes y muy sonriente!
La Nena: (Con efusividad) ¡Don Quijote!, ¡Sancho!, que soy yo, ¡Pilar!, ¡qué alegría que me descubrieran!, les he seguido desde mi casa y me he embelesado escuchándoles, no quería interrumpirles.
D. Quijote: Acércate, Pilar, dame un abrazo, me parece que te conozco… Sancho, acércale una manta para que se siente, trae comida y gazpacho tan rico, ¿verdad?
Pilar: Si es que mi madre hace el gazpacho muy rico y los manchegos unas sopas con pan estupendas.
D. Quijote: Creo que ahora tendremos una gran tertulia.
Sancho: Mis hijos estarán tan grandes como tú, Pilar…
(Pasan las horas, atardece, se oye un claxon)
Pilar: Es mi padre, que viene por mí…
Me ha encantado el enfoque de esta conversación curiosa y entretenida. Me ha parecido un relato divertido e inteligente. El final un puntazo.
Gracias por lecturas como esta.
Suerte.
Jejeje, quise darle un enfoque real, divertido, pero a la vez sin perder la magia del dialecto y la identidad de los personajes.
Muchísimas gracias por la perspectiva 😀