Conversando con El ave
– Pajarito, ¿dónde estás?,
¿Quizás en tu jaula de cristal?
– No, querida amiga,
Es de hierro, de metal.
– Pajarito, buscaré la llave
Que jamás nadie pudo encontrar.
– No, querida amiga,
Llave no hay de esta prisión
Pues cadenas me atan el corazón.
– Pajarito, romperé las cadenas
Y el vuelo podrás alzar,
¡Ya nada te atará!
– No, querida amiga,
Pues mis alas osaron cortar.
– Pajarito, dime que más me queda,
Si tu alma quiero salvar.
– No, querida amiga,
Nada queda aunque el pesar te abrigue el corazón,
Solo la esperanza de que el viento me consuma el alma
Y esparza sus cenizas allí donde mis ojos no se posan,
Allí donde hallaré la libertad.