Madrugada por Pepa Rojas
Te visitaré, me tumbaré a tu lado
Silenciaré tus pensamientos. Sosegaré tu alma.
Huracán furioso. Lluvia meteórica.
Me refugio en tu pecho.
Latidos coordinados. Hay pulso, sigo viva.
Ruido de lluvia, olor a hierba, tacto sutil.
Cielo estrellado.
Vía láctea pulsante, derrámanos tu luz.
Espectáculo intergaláctico. Ilusión.
Lo que veo ya no existe.
Lo que tengo delante no está.
Luz distante, efímera.
Constelación de placer.
Frágil luz alumbra nuestros cuerpos.
Cielo abierto. El mundo a nuestros pies.
Cuerpo vivo. Hormigueo, sensaciones.
Abandono mi cama para reposar en tu lecho.
La piel contra la piel, fundirse.
Momento, disfrute. Delicadeza fugaz.
Tensión en el aire que masajea mis carnes.
Mente envolvente. Calor palpable.
Presencia. Tiempo que se detiene.
Pensamientos innombrables. Domínalos.
Domestícalos. Paséalos atados, muy junto.
Expresión relajada; te leeré.
Belleza singular.
Tenue penumbra.
Susurros. Viento. Truenos.
El cielo descarga todo lo que mi cuerpo retiene.
Rugido en el firmamento. Rayo centellante. Lluvia indomable.
El tiempo fuera, mi cuerpo dentro.
Fenómenos de la naturaleza. Cuerpos humanos.
Fluidez. Represión.
Eres muy visceral.
Lo soy.
La naturaleza espeja mi interior.
Un grito en forma de trueno.
Un llanto en forma de lluvia.
Descarga eléctrica en forma orgásmica.
Cabalguemos juntos en la tormenta.
Tambores resuenan en mi interior.
Aguda, obtusa, recta.
Ángulo perfecto.
Frío metal. Caliente piel.
Corazón que late, pulmón que se expande.
Aire que me penetra sin permiso.
Humedeces mi boca con tu saliva.
Miradas cómplices.
¿Estás bien? Estoy bien.