LA FIESTA DE FABIAN
Hoy es el cumpleaños de Fabián se celebran sus siete años, todos los niños de su edificio están invitados a la sala de fiesta, estos se comunican entre si para ir juntos a la fiesta y darle la sorpresa a Fabián en su día. La joven mayor Mía se pone de acuerdo con los demás niños para verse a las tres de la tarde en la puerta que da hacia el estacionamiento del edificio para salir hacia la sala de fiesta, todos los niños en sus casas están pendientes de la hora, por fin es la hora de bajar para reunirse, unos niños bajan por el ascensor, otros lo hacen por la escalera hasta que todos se terminan reuniendo en el pasillo del edificio, la algarabía es total, cuando Mía pregunta a los niños
–¿Ya están aquí todos los que van para la fiesta de Fabián? respondiendo en coro todos los niños.
–Siiii… -Mía observa a los niños.
–Voy a hacer una lista con los niños y las niñas que están aquí, todos me van a ir diciendo sus nombres y los anoto en esta hoja,¿quién me da el primer nombre? -Grita primero una niña dando su nombre.
–Yo soy, Andrea.
–Déjame anotar, el que sigue.
–Yo, Camila -Nicole levanta la mano.
–Yo, Nicole.
–Yo, Maurizio.
–Yo, Fabricio.
–Yo, Luis Enrique.
–Falto Yo, Francesco.
–Ahora estamos completos abrimos la puerta y vamos a la fiesta pónganse todos detrás de mi.
Uno a uno se fueron ordenando detrás de Mía, cuando saca la llave del bolsillo para abrir la puerta esta no se abre, del otro lado de la puerta se escucha una estruendosa voz que hace retumbar las paredes del edificio.
– Soooyyy Yooo, MISTER ESPUMOSO y no los dejare pasar para la fiesta de ese Fabián porque estoy triste, el no me invito y yo, también vivo en este edificio y para poder pasar tendrá que pasar por entre mi cuerpo de espuma, no comerán torta, ni beberán refrescos, todo me lo comeré YO.
Entre tanto todos los niños están asustados por aquellas palabras que grita con voz fuerte y ronca aquel extraño personaje, una gigante espuma acumulada en la salida de la puerta del edificio, cuando sobresale Francesco del grupo diciendo.
–Empujemos la puerta todos al mismo tiempo para abrirla.
–Esta muy dura ese señor tiene mucha fuerza no se abre
Mister Espumoso desde el otro lado de la puerta grita –¡No podrán conmigo!, Yooo sooy la espuma de todas las lavadoras del edificio y de ellas me alimento para hacerme fuerte y poderoso y si uno de ustedes pasa lo llenare de mi espuma sucia y húmeda para que no puedan ir a la fiesta -Luis Enrique observa e inteligentemente se le ocurre.
–Porque todos no soplamos al mismo tiempo para que la espuma se desvanezca.
Así lo hicieron todos los niños se pusieron a soplar al mismo tiempo por las rendijas de la puerta, pero, en vez de bajar la espuma esta aumentaba en tamaño y en fuerza.
–Intentemos otra vez, cuando Mía cuente tres soplamos todos juntos.
–Uno, dos y tres… a soplar.
Soplaron, soplaron y soplaron entonces Mister Espumoso comenzó a perder fuerza y tamaño, dividiéndose en muchos Mister Espumosos pequeños, perdiendo la fuerza que tenia y todos los Mister Espumoso pequeños gritaban, pero, no se escuchaba la voz de ellos porque eran muy pequeños, Fabricio abrió la puerta sin resistencia y de su morral saco una botellita de agua y se la echo a las ultimas espumas que quedaban, pudiendo así pasar.
Todos los niños van pasando y lo hacen corriendo, pero, se dan cuenta de que no pueden pasar, tropezando todos con una pared transparente cayendo todos al suelo, Mía y Francesco se miran a la cara sorprendidos por lo que pasaba.
–¿Qué esta pasando? -Mía pregunta.
–Hay algo que nos impide el paso -Andrea dice.
–Pero, que será que no se ve, debemos averiguarlo porque se puede ver hacia el otro lado pero, no se puede pasar –Francesco agrega a lo ya dicho por su amiga.
Andrea agarra el morral de Fabricio y con el golpea la pared que impedía el paso cayendo de el unos lentes de cine que se usan para ver en tres dimensiones, la muy coqueta se los pone dándose cuenta de que puede ver hacia el otro lado de la pared y nota que ve una sombra que camina y un perro, diciendo.
–¿Quién es usted? -contestando del otro lado de la pared.
–Yo soy el señor invisible, y este es mi perro transparente, y no los voy a dejar pasar para la fiesta. – Ese perro si es feo –Andrea comenta.
–Mi perro no es feo es transparente y le gusta morder -entonces el perro se puso a ladrar a los niños estos lo escuchaban, pero, no lo veían.
Andrea golpea y golpea la pared hasta que esta se dividió en dos, encerrando en un cubo de plástico a Andrea con Fabricio y en el otro cubo encerró al resto del grupo, quedando Mía fuera de los dos grupos, del morral de Fabricio habían caído además de los lentes unos dados mágicos que estaban en el piso cerca de Mía estos dados titilaban, el señor invisible se reía y se burlaba de los niños atrapados que no podían salir del lugar, el perro Transparente ladraba con mucha fuerza porque se alimentaba del miedo de los niños, cuando en el techo del estacionamiento aparece una adivinanza “ CORRE, CORRE QUE EN ALGUN MOMENTO SALDRA TIRA LOS DADOS Y SE IRAN”, Mía cuantos niño somos los cuenta sacando la lista son siete y son los atrapados debo lanzar los dados y sacar siete para que se disuelva el hechizo de estos invisibles y así poder sacar a los niños de los cubos, así fue toma los dados y los lanza al aire los dados emanan luces de colores antes de caer al piso, mágico en un dado sale el numero dos y en el otro el numero cinco sumando ambos dados siete y en la misma posición de los puntos que coincidían con los niños encerrado en los cubos, dos en uno y cinco en otro, se abrieron las paredes de los cubos transparentes en donde estaban encerrados los niños, pudiendo así seguir el camino hacia la fiesta de Fabián.
Cuando van caminando hacia el corredor que conduce a la fiesta se encuentran con un payaso de dos cabezas, del cual debajo de ellas había una flecha que indicaba que la fiesta era hacia el lado derecho y otra que indicaba hacia el lado izquierdo.
–¿Cual es el camino correcto para llegar a la fiesta de Fabián? -Mía le pregunta al payaso contestando las dos cabezas al mismo tiempo en coro con voz que asusta un poco a los niños.
–Por allá, cada quien defiende su lado
–No se asusten que es solo un disfraz -Camila a pesar de su corta edad se envalentona para preguntarle de nuevo al payaso.
–Hacia donde debemos caminar, para llegar a la fiesta de Fabián, nuevamente el payaso doble cara contesto, pero, una cabeza dijo por acá y la otra dijo por allá
–¿Quién dirá la verdad?
–Van a tener que adivinar, quien dice la verdad -los payasos en coro.
–Para poder llegar van a tener que adivinar -una de las caras dice.
–El camino correcto es por este lado izquierdo, en donde hay muchas frutas acostadas como cabezas durmiendo, que tienen la concha verde y por dentro son rojas, adivinen cuál es -la otra cara habla. Todos se quedaron pensando.
–Es la patilla -levantando la mano Nicole.
–Eso es correcto – una de las caras contesta- Caminen hacia el lado izquierdo y cuando consigan un sembradío de patillas allí es la fiesta.
–Por fin vamos a llegar a la fiesta -Luis Enrique exclama.
Todos los niños comenzaron a caminar, caminaron y caminaron, pero las patillas nunca las encontraron. Francesco ve el reloj viendo que tenían mas de una hora caminando dice – Creo que estamos en el camino equivocado, vamos a tener que regresar. Así lo hacen, se regresan todos por donde vinieron hasta llegar al punto de partida encontrando de nuevo al payaso de dos cabeza,ambos payasos reían y se burlaban de los niños,
–Feos payasos nos engañaron, una de las cabezas – Fabricio expresa– Es que uno de los dos nunca dice la verdad.
–Les presento a cabeza izquierda que siempre dice mentira en cambio yo, siempre digo la verdad, pero para poder llegar también tendrán que adivinar.
–No otra vez –Mía dice con molestia.
–Es que si no adivinan no llegaran a la fiesta de Fabián -la cara de la izquierda.
–¡Adivinen! Alto como un castillo y pisa como un anillo –la cara derecha recita. Entre los niños se agrupan para poder dar la respuesta al payaso. Maurizio levanta la mano y por cuenta propia sin consultar, repite la adivinanza. Ahora repite la adivinanza la cara izquierda– Alto como un castillo y tiene la pisada como un anillo.
–El bambú -contesta Andrea.
–Es correcta – las dos caras en coro y al unísono afirman la respuesta.
–Tan, tan, tan hacia donde van -la cara derecha habla.
–A la fiesta de Fabián –Fabricio responde.
–Por el lado derecho la encontraran -la cabeza derecha.
Todos los niños emprenden el camino hacia la fiesta de Fabián, cuando caminan agrupados de repente se abre el camino que conduce a la fiesta apareciendo en la entrada de la sala de fiesta un señor mayor con el pelo blanco y barba blanca sentado al lado de un carro de helados, a cada uno de los que iba entrando al salón de fiesta este le regalaba uno y pasaba. Todo el salón estaba decorado con globos, bambalinas y serpentinas, en el centro de la sala hay una torta en forma de castillo, decorada con chocolate y fresa y detrás de la mesa “Bienvenidos a la fiesta de Fabián”.
–Llegaron a buena hora son las tres de la tarde, gracias por venir –se acercan Fabián y su mamá para recibirlos. Todos los niños se vieron a la cara.
–Si son las tres también en mi reloj -Mía comenta.
–Gracias por venir a mi cumpleaños pasen que en la grama hay muchos inflables para que se diviertan como nunca –Fabián les indica.
Todos los niños se montaron en los colchones saltaban y gritaban de alegría por poder disfrutar de la fiesta, cuando son cerca de las seis, se anuncia por las cornetas
–Niñas y niños acérquense a cortar la torta y a cantar cumpleaños -todos los niños corrieron para ubicarse alrededor de la mesa decorada con la torta. En el centro esta Fabián contento, la Mama enciende las velas
–Ahora todos a cantar cumpleaños –los invitados entonan con sonrisas la canción.
–Pide un deseo –le dicen los niños. Fabián cierra los ojos y pide un deseo y con fuerza apaga todas las velas.
–¿Qué deseo pediste? -Maurizio le pregunta a Fabián.
¡Que todos estén presentes en mi cumpleaños número ocho!, y que todos lleguen a tiempo, como hoy… -contesta con semblante alegre, ya que se sentía feliz de haber compartido su día con las personas que más quiere.
Una buena historia para niños, que los llevará abrir sus mentes y adentrarse tanto en el relato que sentirán que lo están viviendo.
El cuento lo logró, cumplió mis expectativas.
Hola amiga ya voté por ti, soy Franklin Marchetti del cuento “Nochebuena de animales”, espero que lo leas pronto. Abrazos, abrazos, abrazos.