El Gran Arbol
EL GRAN ÁRBOL
En el bosque hay un gnomito
saltarín
y divertido
que
es mi amigo
que
es mi amigo.
Este gnomito vive en un gran tronco caído rodeado de enredaderas. Pero no siempre está allí pues le encanta recorrer el bosque.
Un día me encontré con él justo cuando iba saliendo de paseo … y me invitó … Iba a saludar al Gran Arbol.
Por el camino me contó un cuento …
Hace mucho tiempo … pero mucho tiempo … el Gran Árbol amanecía triste, a veces lloraba y se quedaba triste todo el día. Un día me atreví y le pedí que me contara su gran pena.
-Es que quiero tener color …
Fui donde el Hada y le conté que el Gran Arbol quería tener color …
Por varios días recolectamos muchas semillitas y las esparcimos a los pies del Gran Arbol …
A la primavera siguiente nacieron flores, miles de flores de muchos colores. Hermosas enredaderas treparon por sus ramas llenándolo de color.
Muchas haditas se vinieron a vivir entre sus hojas y las mariposas bailaban a su alrededor.
El Gran Arbol estaba dichoso …
…Feliz … Muy Feliz …
Un día pasó cerca de él una hermosa niña, y al verlo tan divino se sentó a contemplarlo largo rato … largo rato …
-Eres tan hermoso – le dijo – que estoy segura que eres mágico. Y ¿ sabes ? me dan ganas de contarte mi secreto: Busco un gnomito que quiera ser mi amigo.
El Gran Arbol le respondió meciendo sus ramas suavemente y con el susurro del movimiento la niña se quedó dormida … profundamente dormida.
En esos momento, yo paseaba por el bosque y escuché en mi corazón el llamado del Gran Arbol.
Cuando llegué, la niña despertaba, y al verme, me miró tan dulce … pero tan dulce, que se me olvidó hacerme invisible.
Corrió hasta mí y me abrazó y me besó …
¡Gracias mágico árbol !
Y comenzó a cantar:
En el bosque hay un gnomito
saltarín
y divertido
que
es mi amigo
que
es mi amigo.
Su alegría era tan grande que contagió a las hadas, a las mariposas, a las flores y a la brisa … y todo el bosque empezó a cantar.
Todos danzamos … hasta el Gran Arbol movió suavemente
su enorme tronco …
Y desde ese día, el Gran Arbol es el lugar de encuentro entre la hermosa niña y este travieso gnomito.
Terminaba su cuento … y delante nuestro un hermoso árbol llenaba el espacio … Era realmente divino … pero … ¡ Oh ! … sentada a sus pies había una doncella.
¡Y era la doncella de mis sueños !
Nos miramos … y ambos corrimos con los brazos abiertos hasta fundirnos en el más dulce de los abrazos.
Y otra vez el bosque cantó y bailó … bailó y cantó de alegría.
El Gran Arbol era un Ser Mágico.
Precioso cuento. Nos ha encantado. Sobretodo a mis “peques”.
Saludos