A mi abuela
<< A veces la memoria se esfuma con el ruido, como cuando un beso palpita entre las gotas de lluvia y, al salir el sol, desaparece su huella. Su corazón sigue tejiendo hileras y te muestra a las siete hadas pintadas en el cielo, porque no hay nada más bello que ver cómo su sonrisa se vuelve una niña inocente sin saber dónde está. Es parecido a tener nostalgia de algo que nunca ha sucedido. Aunque tú lo ves claro, te atrapa y vacila con sus aires de niña despotricada, camelándote hasta criar polvo de perlas en tu herida. Luego puede que despiertes y te des cuenta que, realmente, la memoria la perdiste tú>>.