Amanecer
Dedique tiempo para verte despertar, me quede en silencio para así poderte observar, atentamente vi cómo tras una sábana de seda te asomabas, y poco a poco me fui perdiendo en tu mirada, alardeas con tu cuerpo tocando todo lo que se puede ver, abarcas el mundo, pues límites para ti no tiene él, eres como la vida que al nacimiento asemejas, eres musa que a mi alma acomplejas.
Poco a poco te vi crecer, como te alzabas y cubrías mi ser.
Me percaté que eres como el agua que se amolda y abarca todos los espacios, ese momento de asfixia cuando besamos, en ti se representa la belleza del vivir y morir, en ese momento deje de existir, volví a la realidad y deje de fantasear con tu cuerpo, volví a observarte quieto y en silencio.
Justo en ese momento, cuando creí, que la belleza, no podía más, lentamente tu rostro empieza a ruborizar, de rojo se ha pintado tu cara, oh! Que dulce inspiración, no es un rubor de vergüenza, es un rubor de pasión, nuevamente con tu ser me encuentro fantaseando, pues tus caricias mi cuerpo estaban calentando.
Aun sin estar atento y exhorto a lo que estaba pasando, me encontraba en silencio, a ti solo observando, veo como lentamente desaparece el rubor de tu cara, y empecé a ver el azul de tu mirada, casi como un capricho se fue colando en mi atención, ese azul divino que ahora tiene mi atención, fui olvidando el calor que me dabas, queriendo retroceder el tiempo, empezar cuando aún estabas entre las sabanas.
Pasado el tiempo, volví a mí ser, ya no estabas en la vida, no te podía ver, de aquel rubor, solo quedo un trágico recuerdo, y tus ojos azules, ahora del mundo son dueños, con tristeza de mi asiento me debo levantar, alejarme por un instante y el mañana tener que esperar.
Recordando que no es una mujer la que sale de las sabanas de seda, no es rubor es el alba al que se le asemeja, los rayos de sol son las caricias que calientan mi cuerpo, azul no son sus ojos, es el infinito cielo, así es como en un instante mi musa encontré, no era una dama, pero era tan bella como una mujer, no es una dama a la que no puedo dejar de observar, es el amanecer lo que me inspira y esta carta le quiero dedicar.
AprendizDeErudito 06/08/2014