Análisis retrospectivo
En un momento de
nuestra existencia, sin preámbulos ni preparativos, nos inquieta una
sensación repentina incitándonos mirar hacia atrás.
Quisiéramos analizar,
de improviso, el camino recorrido; hacer hincapié en determinados obstáculos
que como vallas ocasionaron caídas, obligando a levantar cabeza, e intentarlo
por segunda vez.
Los recuerdos de
sensaciones vividas que acompañaron instantes de incertidumbre reaparecen
superpuestos, uno a uno luchan por ocupar su lugar, en el podio de nuestro
pensamiento.
Aquellas esperanzas que
un día mantuvieron latente nuestro fervor por adelantar, las ansias de subir,
de avanzar, de ser más, de ser alguien, sobresalen como
queriendo superponerse a los fracasos, las pérdidas y las disoluciones
soportadas.
Miramos, observamos,
nos permitimos efectuar un especie de inventario para verificar lo positivo y
lo negativo; las entradas y las salidas; decidiendo, como corresponde,
determinar el debe y el haber.
Poseemos, por suerte,
los elementos esenciales necesarios que nos brindarán la posibilidad de
discernir.
La educación recibida,
los estudios cursados, la experiencia adquirida, eventos y vivencias, que, como
piedras en el cauce del río, formaron un fondo uniforme y rígido, liso y
fuerte.
En la mayoría de los
casos, pretendemos interiorizarnos aun más, llegando a exigirnos un examen
calificativo de nuestro papel desarrollado como padres.
¿Qué doctrina aplicamos
sobre nuestros descendientes?
¿Qué métodos empleamos?
¿Qué resultados
obtuvimos?
¿Positivos, mediocres o
negativos?
Y la pregunta flota por
si sola: ¿Podemos hoy, reparar, subsanar, corregir, lo hecho?
Tal vez esbozaremos una
sonrisa, y, llenos de satisfacción, nos demos unas auto-palmadas en el hombro,
y seguiremos el camino hacia el futuro.
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Beto Brom
Galilea
Israel
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*Registrado/Safecreative N°1002275641376