Anhelo.
Ojalá se hiciera poesía
y me abrazara entre versos.
Me vería en una rima
o, quizá, en algún recuerdo.
Ojalá se hiciera poesía
y me sonriera de nuevo.
Tal vez me acompañaría
a mirar, de regreso, al cielo.
Ojalá se hiciera poesía
y se volviera eterno.
Viviría, quizá, por siempre
o, tal vez, por un momento.
Ojalá se hiciera poesía
y viviera en estrofas.
Se haría un peñero de letras
y navegaría entre las rosas.
Ojalá se hiciera poesía
y se quedara suelto.
No sería un barco a la deriva:
un náufrago, un muerto.
Ojalá se hiciera poesía.
¡Ojalá viviera en ella!
Así el gris de sus ojos brillaría
cual lucero, cual estrella.