Another world on Another Age
1
Ahí
estaba yo. Agonizando en una cama del hospital. Descubriendo de que manera la
vida puede acabarse en unos instantes. Llorando tanto en cuerpo y en alma y
¿Por qué? El simple hecho de saber que nunca más volveré a correr con mis
amigos, a patear un balón de futbol o a trasnocharme jugando Videojuegos con mi
hermana. Todo por una enfermedad, de esas que no se van con medicamentos.
Leucemia. Así es, el mandamás del cáncer. En ese momento sentía como el monitor
cardiaco se iba apagando, como las lágrimas de mi madre en vez de extinguirse
aumentaban. Como mi hermana pequeña lloraba con todas sus fuerzas. Y como yo,
un chico de 16 años me iba escapando de de esta vida, quizás para conocer otra.
Quizás no.
De repente escuché en la lejanía la voz de
mi madre y todo se oscureció.
2
Me
despertó la fresca brisa que acariciaba mi piel y me dije “Esto es el paraíso,
seguro que si” aunque siempre imagine un reino de nubes y ángeles por todas
partes. El lugar en el que me encontraba era distinto, era un bosque.
-Oh
no, creo que esto es el infierno.
Tampoco
lo era, solo era un simple bosque. Fresco y cercano a un pequeño riachuelo. Me dirigí
a este y acerque mi mano para saborear el agua. Agua fresca. Me lave el rostro
pero nada, todavía seguí ahí. Un sueño no era. En la lejanía se empezaron a
escuchar una serie de gritos. Pude observar que un grupo de hombres se
acercaban, persiguiendo a ¿un perro?
-¡Mátenlo!
No dejen que entregue el mensaje-. Gritaba el más alto de todos, el más pesado
de todos. El jefe de todos.
Los
hombres iban vestidos todos iguales. Con una armadura negra en cuyos pechos se
encontraba el símbolo de una Hidra. La criatura marina de varias cabezas.
Mientras que el ¿perro? Solo vestía una capa marrón tocada por la vejez y que
comenzaba con una capucha que cubría a la perfección la cara del ¿perro?
Se
acercaban de una forma tan veloz que mi cerebro no pudo reaccionar. Eran todos rápidos.
Uno de los soldados atravesó al animal con una lanza. Este lanzo un quejido y
cayó. Muerto.
-¡Malditos!
Es solo un pobre animal. ¡Debería darles vergüenza!
Fueron
mis palabras, en ese momento toda la confusión y el miedo para mi desaparecieron.
Me sentía vivo, me sentía vivo de nuevo. Sin rastros del Cáncer.
Uno
de los hombres se acercó y me dio una bofetada, no sentí dolor. Quizás era el
don de la adrenalina que nace cuando tenemos miedo.
-¿Y
este quien se cree que es?-. Fueron las palabras del más grande, el capitán del
equipo.
-Mi
nombre es solo un pasaje temporal. De todas formas no mereces que te lo diga-.
Le escupí sangre al ojo, no me había percatado que por mis labios mermaba el
líquido vital.
-Hijo de…
Otro
golpe asestado a mi cara, ese si me dolió. La ira fluía de manera constante por
mi torrente sanguíneo, sentí como toda mi piel ardía, quería destrozar al
capitán. Solo me bastó el deseo para estirar mi mano derecha y… ¿lanzar llamas
de fuego azul a su cuerpo? El hombre grito revolcándose en el suelo mientras
intentaba extinguir las llamas. Fue inútil, en un solo quejido el hombre más
grande ya estaba muerto. Victima de mi ira.
3
¿Se siente bien el quemar a una
persona viva?
-¿Quién
eres?
Soy el artífice de tu ira, y tú eres
Luka.
-¡Ese
no es mi nombre! Me llamo… no puedo recordar mi nombre.
¿No recuerdas tu nombre? Es lógico,
caíste del cielo envuelto en una nube de fuego, eras como un cometa. ¿Crees que
es casualidad el haberte encontrado? No. Nada ocurre por casualidad en este
mundo. Has olvidado tu nombre porque no perteneces aquí. Has vuelto a renacer.
En otro mundo y en otra época. Todo rastro de tu vida desapareció. Solo
recuerdas fragmentos pero… ¿tú nombre? Fue dado por tus padres como fruto de su
amor. Pero como en este mundo no tienes padres, tu nombre ha dejado de existir.
Por eso te he llamado “Luka” en este mundo es la palabra que identifica a otra
palabra concurrente en tu mundo.
-¿Cuál
es esa palabra?
Renacido.
-En
este mundo he vuelto a nacer. Estoy perdido aquí…por lo tanto te pido que me
ayudes. Seas quien sea. Aceptare mi destino o quizás mi maldición.
Lo haré. Quizás acarreas un destino
más grande que este universo. Quizás no. Bueno. Te protegeré siempre Luka. Soy
Reinor. El perro. Pero no me digas así, es un insulto para mí. Después de todo,
soy un lobo huargo.