Carcoma
Últimamente pienso mucho en la muerte, en la muerte como evento fatídico, trágico y deprimente. Pienso en mi abuelo y como todos lloramos su muerte al pie de la cama. Pienso en lo devastador que fue para todos y como aún todavía lo es, visible en las arrugas de mi madre y mi abuela.
Últimamente pienso mucho en la muerte y el pensamiento me carcome.
Desearía que la muerte fuese algo natural, que nadie la llorase, ni la lamentase. De esta forma no habría por qués, ni culpables, ni vacíos inllenables. De esta forma podría decirles a todos adiós sin ninguna explicación y nadie se sentiría triste por ello.
¿Por qué hemos de vivir sin propósito? Imagino mi vida como una barra de energía y motivación. Algunos tienen más que otros, y la mía ha llegado a cero. ¿Sirve como excusa para desaparecer? ¿Para descansar? Siento que no tengo nada más que hacer y por más que mire enfrente no veo expectativas, ni un futuro para mí. Y está bien. Lo entiendo. No pasa nada.
Y aún así… sé que ellos no me dejarían ir sin más, porque la muerte no se ve como algo natural, sino como algo fatídico, trágico y deprimente.
Me siento como un barco perdido en un océano cuadrado. ¿Es, acaso, tan malo morir? ¿No es mejor que sentirse muerto en vida? El pensamiento me consume.