Dos cuerpos, un acorde por Pepa Rojas
Menos impulsos, menos juicios.
Más observación.
Aléjate.
Mis labios rojos susurran poemas escritos en el más allá.
Poesía divina. Verso carnal.
Encaje perfecto. Abrazo celestial.
¿Me buscarás en otras vidas?
Conoces mis necesidades.
Inundas mi cuerpo.
Persecución incesante, inútil.
No busques tus vestigios en mis palabras.
Saboréalas. Siéntelas.
Conmoción implacable.
Sensaciones irrepetibles.
Sólo nos quedará el recuerdo.
Un paso tuyo, un salto mío.
Te arrastré sin querer a este torbellino.
¿De verdad pensaste que me iba a quedar impasible?
Mentes lúcidas. Mundo inexplorado. Isla virgen.
Sitio donde soñar, imaginar despierta.
Sueños profundos.
Las yemas de tus dedos imploran contacto.
Unión sutil.
Me estremezco. Ola de inspiración sin fin.
El vaivén de las aguas siempre nos brindará primeras veces.
Labios rotos, labios tristes que anhelan lo que no fue.
Estímulos, sabores, placeres.
Me desafías.
Tierno juego que nos desgarra por dentro.
Nos cose, nos recompone. Cada día un nuevo dibujo.
Secretos ocultos, nítidos como el mismo sol.
Ave rapaz que agarra su presa.
Atrapada en un segundo.
Bajé la guardia.
No te vi venir.
No se tratan de respuestas.
Todo fluye, necesito más.
Estoy alerta. Todo me estimula, todo me inspira.
Mismo mundo, otras lentes.
Me encontré en tus brazos. Encontré tu esencia.
¡Te encontré!
Pureza, energía, reencuentro de almas.
Lengua traviesa. Rastro en la piel. Brinco sutil.
Enamorados de la ficción.
Mundos paralelos, confesiones.
Cuerpo exhausto. Estómago encogido. Carnes temblorosas.
Angustia. Respirar.
El cuerpo contra la pared.
Claustrofobia.
Certezas desvanecidas.
Deseos susurrados al oído.
Tu aliento en mi nuca.
No resisto, estallo.
Gotas aterciopeladas derraman de mi interior.
Salen en tu búsqueda, invitan a más.