El hombre escarcha
En la angulosa
y oscura callejuela.
Donde deambulan
personas ordinarias,
y el día aún está por florecer.
En esos momentos de frío,
cuando más necesario
se hace el abrigo.
Y el calor sería
un amante fiel.
Encontramos,
sentado en el suelo
escarchado,
y refugiado entre cartones.
A un hombre que,
mano extendida, mendiga.
Un hombre corriente.
Barba incipiente.
Ropa usada.
Mano desgastada.
Cabeza gacha.
Semblante serio.
En esa angulosa
y oscura callejuela.
Donde el día
aún está por florecer.
Pasarán horas hasta que el frío
de los corazones humanos,
extienda alguna semilla
en esa triste mano.
Triste mano desgastada.