Elefante y Sinsonte
Iba el elefante muy elegante con su turbante, cuando de repente:
¡Un asaltante!
Era un insignificante sinsonte pero venía en un rimbombante tanque.
Por un altoparlante dijo el sinsonte amenazante.
– ¡Señor elefante, déme su turbante!
En aquel momento pasó un vigilante.
Un rinoceronte que era sargento.
– ¡Ríndase, sinsonte! – dijo muy enfáticamente el sargento rinoceronte.
– ¡Es una broma! ¡Soy inocente!
Gritó el sinsonte y salió del tanque.
– Es que el elefante es muy arrogante y se las pasa burlándose de la gente que se espanta en el monte. ¡Ni que él fuera tan valiente!. Sólo es gigante ¡Quisiera ver lo que hace frente a un mastodonte! Pero como los mastodontes están extintos me busqué un tanque.
¡Cuan imprudente se sintió el elefante!
Entendió las consecuencias del comentario humillante.
Autor: José Martín Díaz.