Emoción sin suerte
Ella comenzó a gritar con todas las fuerzas con las que contaba, pidiendo desesperadamente ayuda, pues ese nefasto criminal acababa de introducirse en su recamara, al no encontrar lo que buscaba en ninguna de las demás habitaciones.
Sin saber que hacer al encontrarse ante semejante obstáculo inesperado, en su búsqueda de una experiencia emocionante, le asestó a ella el golpe definitivo con su confiable ganzúa, matando a la escandalosa mujer al instante.
Alarmado y emocionado por esto, recolectó todos los objetos que creía de valor a su alcance, y consiguió huir de la pequeña casa justo cuando las sirenas de los autos de la policía se podían oír en la lejanía, acercándose cada vez más.
Al día siguiente, en su propio departamento, se lamentaba de lo miserable de su botín y repasaba mentalmente todos sus errores cometidos, cuando dos oficiales de policía tocaron el timbre. No lamentaba nada.
0 Comentarios