Escalera de corazones
Y me preguntaron:
-Tú, que no creías en el amor, ¿a qué juegas ahora?
Y yo empecé por explicarles que los pretéritos hablan de pasado y yo vivo en el presente. Que el amor me desafió poniendo las cartas sobre la mesa y una vez que echas la primera partida siempre querrás repetir. Si pierdes, la revancha. Si ganas, que no te bajen del podio.
Y me gustan los amores así…
Los que sabes que puedes perder y te esfuerzas por conservar.
Los amores trasnochados con la misma compañía y buen vino para liberar los secretos.
Los que urden un plan al apagarse el sol y encenderse el deseo.
Me gustan los amores sin tapujos y que te muerden la boca cuando verbalizas las dudas.
Los que te arañan la cobardía para que des un paso al frente y no hacia tu espalda.
Amores que no necesitan ser gritados a los cuatro vientos porque cuentan más callando que hablando.
Ya ves que mal lo hago… pero es que yo en pretérito ni creía ni entendía de amores.
Analfabeta en esto del querer aún estoy aprendiendo a trazar las letras con las que escribirte un te quiero. Por eso uso mi lenguaje y sé que tú me entiendes.
Yo parto la baraja y tú trepas por la escalera de corazones.
