Historia de Amor
No podía dormir
no podía escribir
no podía seguir comiendo techo esa noche
me levanté, fuí hasta la cocina, la prendí
puse a calentar un poco de leche, luego la serví
de pronto vi que la luna estaba en el vaso
redonda como su boca, alta como su llenura
comencé a beberla con mis ojos
comencé a mirarla con mis manos
comenzamos a hablar
le dije que sufría de insomnio
me dijo que también sufría de insomnio
le dije que estaba solo como un hoyo
me dijo que estaba sola como un cráter
capturé la seña en el aire y de una la invité a salir
dijo que sí, menguando su cara
hasta robarle una sonrisa
al rato estábamos rodando por las calles
hablando, hablando, hablando
afuera los perros no paraban de ladrar
llegamos “sin querer” hasta el cine
hasta esos cines que se entra con carro
y nos estacionamos en la última fila
la capa de la noche nos cubrió
la película transcurrió sin sobresaltos
cuando la función ya iba a terminar, vi que mi mano
lentamente se resbalaba por el reflejo del retrovisor
pero ella no decía nada
vi que mis ojos ya no querían ver la película aunque estaba buena
pero ella no decía nada
la mire, en ese momento también me miro y dijo: tengo frío
es mi oportunidad pensé
la arrope con mi brazo que ya estaba a punto de caer sobre su hombro
y la película terminó
qué buena peli me dijo, gracias por invitarme
yo solo quería besarla
qué final tan interesante, muy inteligente y emocional
yo solo quería besarla
cuando me percaté, estábamos besándonos
nos besamos un largo rato
un largo largo largo rato
hasta que de pronto
la luz del alba comenzó a despuntar por las montañas
me dijo que tenía que irse, yo no quería
pero comprendí su condición, la mía
la llevé hasta la puerta de su casa
y ahí nos despedimos viéndonos a los ojos
pasaron las horas más lentas
que pude haber vivido en un día
llego la noche de nuevo
y yo no podía dormir
no podía escribir
no podía seguir comiendo techo otra vez
me levante, fuí hasta la cocina, la prendí
puse a calentar un poco de leche, luego la serví
la luna apareció en el vaso
redonda como su boca, alta como su llenura
me reconoció, nos besamos al instante
desde ese momento supe que seríamos más que amigos
marqué la fecha en un calendario
volvimos a salir
esta vez a pié por las calles
hablando, hablando, hablando
los perros no paraban de ladrarnos
esa noche fuimos al circo
yo le compre una cotufas y la sal brillo en sus mejillas
majestuosamente
cuando salimos del espectáculo ya había parado de llover
así que tuvimos que saltar los charcos de regreso
su reflejo brillo en el agua
majestuosamente
cuando ya nos íbamos a despedir
le dije que quería ser su novio
ella dijo que lo iba a pensar
nos despedimos viéndonos a los ojos
pasaron las horas más lentas
que pude haber vivido en un día
ansioso por su respuesta
llego la noche de nuevo
y adivinen quién no podía dormir
no podía escribir
no podía seguir comiendo techo otra vez
me levante, fuí hasta la cocina, la prendí
puse a calentar un poco de leche, luego la serví
mi luna apareció en el vaso
redonda como su boca, alta como su llenura
antes de darnos un beso me dijo: no preguntes nada
esa fue la mejor noche de mi vida
esa noche no salimos
esa noche nos quedamos en el mueble
arropados hasta el cuello
viendo las estrellas por la ventana
hablando, hablando, hablando
de pronto la oscuridad nos calentó por debajo
las ganas se nos subieron hasta el cuello
nuestras bocas no dijeron más nada
su piel y la mía fueron indistinguibles
un largo y profundo sueño nos reclamó al final
a la mañana siguiente, cuando desperté, ella no estaba
como de costumbre pensé que se había ido
obviamente por su condición y por la mía
pasaron las horas más lentas
que pude haber vivido en un día
solo recordándola
llego la noche de nuevo
yo no quería dormir
no quería escribir
no quería seguir comiendo techo otra vez
me levante, fuí hasta la cocina, la prendí
cuando fuí a calentar un poco de leche
ví que se había acabado, casi me da un mal
me monté en el carro y salí corriendo por las calles
buscando un lugar donde comprar un bendito litro de leche
pero todo estaba cerrado
todo estaba cerrado, todo estuvo cerrado esa noche
rodé y rodé por las calles asoladas de la ciudad
los perros nunca me ladraron
cuando por fin me detuve, solo en una plaza
renunciado me bajé del carro y prendí un cigarrillo
cuando alcé la vista
vi que detrás de una nube había una luz
es ella me dije, mi amada
le grité pero ella no volteo
le seguí gritando pero nada
no sabía qué hacer, se estaba yendo
me monté en el carro y corrí a toda velocidad, persiguiéndola
corrí y corrí hasta salir de la ciudad
ví que poco a poco
su silueta se posaba sobre la tranquilidad de una laguna
me acerqué hasta allá, estacione el carro en su orilla
comencé a hablarle, luego a implorarle pero nada
su figura se veía grande pero distante sobre el espejo del agua
señorialmente antipática
le pedí disculpas pero ella no quiso nada
me quedé ahí, aguantando frío como un pendejo hasta que amaneció
pasaron las horas más lentas
que pude haber vivido en un día
compré todos los litros de leche que me vendieron
llegó la noche de nuevo
no podía dormir
no podía escribir
no podía seguir comiendo techo como siempre
me levante, fuí hasta la cocina, la prendí
puse a calentar un poco de leche, luego la serví
la luna no apareció en el vaso
lancé con furia el vaso contra el suelo
la leche se regó por toda la noche
lo que antaño fue su rostro, hermoso
platónico, majestuosamente elegante
ahora era un mapa blanco desfigurado
las últimas gotas se escurrieron por el sifón
ahora sí pude escribir