INVIERNO EN OTOÑO
Seis meses transcurrieron, desde aquel adiós que me juraste, me quede sin consuelo en mi soledad, tú silencio hablaba conmigo. En mi mirada se reflejaba tu imagen, no podía esconder el dolor que emanaba mi ser, mis días se tornaron grises, mi mundo adoptó un lóbrego paisaje. Más me di cuenta que las palabras pronunciadas por ti, fueron falsas. Llegaste a mi como el cálido y agradable verano, pasaron los días te fui conociendo, al principio ostentabas una personalidad realmente inefable, sin embargo descubrí varias facetas que cautivaron mi corazón, poco a poco tu esencia ocupo el núcleo de mi ser sin dejar espacio alguno. Recuerdo aquel día, cuando te tomé de la mano por primera vez, un sentimiento extraño percibí, y un cosquilleo recorría mi cuerpo, una sensación peculiar sin explicación, intuí. Conforme pasaban los días me di cuenta que mi vida eras tú, el motivo de mi alegría, el aire para respirar, la fuente de mi inspiración. Lo que me sostenía de pie eras tú, mi mundo giraba a tu alrededor, días regocijantes surgían de una relación que parecía perfecta, más que una y otra desconformidad se presentaba, no parecía importante. Me pediste que no te vaya a dejar, en ese instante prometí que no daría un paso adelante sin ti. Tras el primer te amo que nos dijimos yo estaba seguro de mis
sentimientos hacia ti, más tu incertidumbre causaba dudas en ti, decías ser sincera en tus emociones, con el tiempo demostraste que no fue así. Aquel duro adiós que recibí, fue el principio de una vida triste, poco a poco aprendía a vivir sin ti, hasta que un día el destino nos puso otra vez en el mismo camino pero en distintas direcciones. Cuando te vi después de mucho tiempo sentí la misma emoción del primer día junto a ti. Con tu mirada llegaste a lo más profundo de mi alma, y me puse a temblar como aquel duro caballero que por ser fuerte terminó siendo esqueleto. Sentí un estremecimiento al oír tu voz, fueron mezcla de emociones como un invierno en otoño o un septiembre sin primavera.
Un te amo salió de ti, pero esa mágica palabra llegó a oídos de otra persona, tristeza creaba mi ser, mi alma estaba desolada, pero mi corazón estaba contento debido a que lo más importante para mí, era verte feliz. La alegría que emanabas era inigualable, más comprendí que nunca causé lo que él causa en ti.Trate de todas formas volver a ser tu felicidad, recuerdo que fui a tu casa con unos cuadros y una guitarra, para arribar una vez más a tu corazón, espere más de tres horas para que puedas divisar mis sentimientos hacia tu persona, me fui con una lagrima y con el corazón andrajoso, no podía entender donde quedo ese amor que decías sentir, triste y desolado caminaba acompañado de la soledad en una ciudad donde el frío y el peligro son el peor enemigo de un ciudadano, nada me importaba más que tu amor, todas las palabras que dijiste dejaron huella en mi corazón.
Más recordé que la culpa no fue mía, yo siempre me reprochaba el haberte perdido, mi conciencia me torturaba y la nostalgia se hacía inmensa, después de aquel día en el que dañaste el núcleo de la persona que te amaba dejaste una vida vacía y un alma desolada.
Nunca olvidaré esa noche de viernes donde tus labios concibieron con otros que no eran míos, yo me culpaba de aquel punto final del capítulo de un amor tan efímero que llegó a ser el más inconmensurable que yo juré, y me tachaba de villano solo porque pensé que no te cuide pero al contrario te di más de lo que debí darte inclusive creía que mi vida eres tú.
Sabes esto nos deja una moraleja el tiempo no define la felicidad, siempre será la persona con la cual compartas tu tiempo.
Solo me queda decir que un amor sincero yo te expresé de todas las maneras posibles, pero como ves no todo es como se pinta en los cuentos de hada. Me marcho en paz sabiendo que eres feliz, no me voy de tu vida porque prometí estar a tu lado, solo dejaré fluir tu felicidad sin que la sombra de tu pasado te afecte. Por qué lo nuestro fue un cuadro efímero cruel vanguardista.