La belleza cautivadora de Orila
Hace tiempo en un lugar lejano, existió un Dios llamado Sirvilo que se encaprichó de una princesa. Tanto le cautivaba su belleza que le hizo un hechizo. Esta siempre fracasaria en el amor y ningún hombre que se acercara a ella podría poseerla. Esta se mantendría virgen hasta la edad de 16 años, a esta edad Sirvilo la poseería para el. Orila era el nombre de la princesa, la cual en primer lugar conoció a un príncipe muy apuesto ,su padre la quería casar con el, para ver si se realizaba entre ellos el milagro de tener un heredero. Se vieron durante un tiempo, pero este se sentía vacío no era feliz a su lado y finalmente la dejo abandonada, sin importarle como ella se sentiría al ser despechada. Más tarde la princesa salió con un primo lejano, estos se conocían desde niños y tenían mucha afinidad. Siempre jugaron juntos en la infancia y se querían mucho.
Tampoco les fue bien, el padre de este murió y tuvo que volver a su reino para darle sepultura. Pasaron los años, y los padres de Orila ,se preocupaban de porque siendo tan hermosa muchacha no encontraba hombre que la quisiera. Un buen día, un vecino del reino les presento a su único hijo varón, este joven era un hombre muy alto, fornido, y uno de los mejores guerreros de la corte. Se fueron conociendo, y paso el tiempo … pero como esta no lo complacía como el hubiera deseado ,volvió a ser despreciada por tan apuesto galán. La princesa se sentía desdichada,y no entendia el porqué de su mala suerte con los hombres, pues era una mujer hermosa, de piel suave y blanca… Ojos negros como el azabache y unos labios carnosos, además de poseer una silueta esbelta.Era muy envidiada por las doncellas del reino.
El tiempo corrió un veloz corcel y vino la primavera, la princesa fue a dar un paseo con su caballo y al adentrarse en el bosque vio una figura entre la espesura de la maleza.
-Hola¡¡te encuentras bien?? Exclamó la princesa
-no muy bien … podrias ayudar a levantarme??
-Si claro apoyate en mi
La princesa apoyo aquel muchacho sobre su hombro, estaba herido debido a la caída que tuvo con su caballo aquella tarde. Esta lo llevo a su castillo y lo hospedo en el . Estuvo algún tiempo enfermo y fue recuperándose. Se fueron conociendo la princesa y el muchacho..y nació un cariño muy grande entre ellos dos.
Cuando llegó la hora de abandonar el castillo, el príncipe se llenó de melancolía y tristeza, Orila con los ojos llenos de lágrimas le dijo :
-Desireo Aquí tendre siempre un pedacito de ti en mi corazón, espero que tu también lleves un pedacito de mi en el tuyo, y se dieron un abrazo tan tierno y delicado que las flores lloraban con el rocío de aquella mañana.
El dios malvado que lanzó el echizo, logro escapar de aquella jaula, un sirviente lo liberó de su calvario a cambio de recibir oro y riquezas. Sirvilo sabia que la princesa había cumplido ya los 16 años y quería cumplir su cometido como fuera. Se montó en su caballo ansioso como si de una bestia furiosa se tratara. Llegó al castillo y secuestro a la bella princesa, la cual encarceló para hacerla su esclava eternamente. Su belleza era tan cautivadora que ni siquiera las hadas y ninfas más bellas del bosque se hubieran imaginado poseerla.
El reino de Sirvilo era muy lejano, y escasas personas sabían de él, excepto la tia de la princesa que conocía la historia y tuvo la mala suerte de ver la maldición en el nacimiento de la dulce princesita. Un bonito día volvió el príncipe Desireo a visitar aquella princesa que le robo el corazón y quería volver a reencontrarse con ella. Llego al castillo y llamo a aquella puerta de piedra tan majestuosa …
Rolilla le abrió y se puso muy contenta al verle de nuevo, y sin pensarlo ni un segundo más, esta le contó lo que había pasado con su dulce sobrinita.
Este con enorme furia, cogió sus mejores armas y se llenó de valor para rescatar a su princesa y arrancarla de los brazos de aquel villano.
El príncipe llego a aquel reino perdido y divisó a la princesa que estaba encarcelada en aquella torre tan alta como el mismo sol. Desireo subió la torre y se acerco a Orila, la tomó en sus brazos y sus ojos brillaron con ternura al volver a verle. El odioso Dios malvado aparto a la princesa de los brazos del príncipe y se batieron a muerte. El Dios era un astuto hechicero y sabia que si mataba al príncipe este nunca podría deshacer el echizo .
Rolilla apareció y atravesó el corazón con una espada al Dios Silvilio, este intento sacarse aquella arma de muerte, se su pecho casi sin aliento. Mientras tanto el príncipe cogió a la princesa entre sus brazos y le dio el beso tan bonito y apasionado que jamás nunca ha existido.
En ese momento se deshizo el hechizo y la princesa fue liberada, tal fue la alegría de todo el reino que se casaron y los dos se prometieron amor eterno y fueron felices para siempre.