La cruz.
El
niño vio la cruz en el horizonte desde la ventanilla del auto que conducía su
padre. A pesar de contar con solo diez años, él sabía que una cruz era más que
el símbolo de una religión.
Lo
que realmente desconocía, era por qué su nombre estaba escrito en la lápida que
estaba junto a aquella cruz en el cementerio.