La muerte de mi Primavera
No sé como abarcar ahora la muerte de mis cerezos…
esos estúpidos pétalos, hoy son tapiz inerte,
…ya no habrá más flor. Murió la primavera.
Las hermanas arrullan ahora
al río del tiempo, y Selene,
ha clavado su mirada en mi frente,
se ha hecho un pisito entre mis cabellos
con vistas al mar.
Ahora tengo la corteza llorona…
demandante y cetrina.
Replicatorio mullido
en eternas genuflexiones
de orejas caídas y lastimeras disculpas.
(en su Primavera, blandía mandobles
con la ligereza de un Titan)
Ay, ay… en este día los baúles
ya no guardan tesoros,
las cartas no me llegan lloradas,
ni las cuevas tienen cuarenta ladrones,
…ya no habrá más tesoros. Murió la Primavera.
Las hojas respiran menos,
noto el gutural murmullo
de la falta de aire,
del agua que no llega,
de la inanición y el hambre,
de la sangre que no es sangre.
El cielo se fué,
y en su lugar la gravedad me aplasta
con su obesa presencia,
me hace pequeña,
me hace nada,
me clava a la mesa,
… ya no habrá más cielo. Murió la Primavera.