La muerte de un árbol
La muerte de un arbol
Siempre que pasaba
por ese camino
siempre te miraba,
poco a poco te cogí cariño.
Me paré un día
para hablar contigo,
te noté alegría
y te llamé “mi Amigo”.
¡¡Cuantas tardes del verano
sentado a tu lado!!
Cuantas tardes del verano
de nosotros han hablado.
Los cuentos que me decías,
las penas que yo te contaba,
las gracias que yo te hacía,
el amor que tu me dabas.
Si cierro los ojos te veo
con aquella “ramada”
¡¡Cierro los ojos y suspiro!!
¡¡Ahora ya no eres nada!!
¿Quién fue el asesino?
-que quiso acabar contigo-.
¿Quién fue el asesino?
-que mató a mi amigo-.
En aquel camino tirado
con los brazos partidos,
despellejado y ensangrentado
¡¡Aun se escuchan los gemidos!!
¡¡Desde aquí quiero gritar!!,
con fuerza y tristeza
no mates por matar
¡¡Respetad la Naturaleza!!