MI MASCOTA VERDE
Hola, soy Cristina y tengo una planta llamada Alegría, ¿tú tienes mascotas? Y no me refiero a un perro, a un gato, a un conejo o a un loro. Tampoco incluyo las tortugas o los peces, ni las cobayas o los periquitos. No, me refiero a una mascota extraordinaria; excepcional; única. Porque, ¿cuántas veces alguien te ha dicho que tiene una mascota que es una planta?
Alegría es mi mascota, ¿y sabes por qué? Porque es un ser vivo que necesita alimentarse para crecer, y es muy importante que esté en una tierra cómoda y que le des de beber una vez a la semana agua, no es demasiado glotona, de echo la gusta alimentarse poquito a poco, aunque no se lo olvida que tiene que hacerlo para estar fuerte y bonita.
Alegría es verde, claro, pero no un verde normal, no. Ella es de color verde fresco, verde acelga y con partes verdes más claritas, como si fuera un puerro. Ella tiene el tallo casi transparente, bueno, en realidad es translúcido, porque no llegas a ver al otro lado, pero si cambia un poco de color si lo pones al lado de algo oscuro.
Pero oye, no te creas que una planta no es tan divertida como cualquier otra mascota, porque, ¿a que no sabes qué? Jugamos al pilla-pilla porque sí, ¡Alegría se mueve! No se va a otra habitación, está claro, ella necesita mi ayuda; pero cuando la pongo al lado de la ventana y la dejo todo el día, al día siguiente la encuentro alargando el tallo y las hojas en dirección a la ventana, ¡como si se hubiera querido esconder pero no la hubiera dado tiempo! Para que no se tuerza yo la doy una media vuelta a la maceta y así consigo que se ponga recta otra vez.
Alegría no me sonríe, ni me habla, tampoco sé si cuando duerme o cuando está comiendo. Lo único que tengo claro es que es mi mascota porque la quiero, jugamos, la cuido para que crezca fuerte y sana, y ella me responde enseñando sus flores rosas en primavera.