ODA AL MAR
La Pintura es poesía muda y la Poesía pintura ciega.
(Leonardo Da Vinci)
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Aquellas arenas doradas y blancas me atraían de tal manera que decidí desplazarme hasta allí. Necesitaba sentir su contacto, latir al unísono.
La distancia no fue impedimento.En cuanto pude escabullirme del bullicio viajé cual argonatuta en busca de preciado tesoro.
Y sí, allí estaba la inmensidad esperándome,como si su existencia fuera un espejo de la infinitud.Como si hubiera estado allí siempre enviándome mensajeros alados.
Turquesa el lejano horizonte, azul intenso mar y cielo, ocre la orilla; unos matices tostados y verdosos; más las pequeñas lagunas transparentes,límpidas a mis pies mostraban bancos de minúsculos peces atrapados. Inexcrutablemente felices de nadar en aguas caldeadas por el sol,de ser observados por quien de verdad los percibe;cuales fosiles silentes esperando ser descubiertos.
La cercana orilla, el singular bramido cada vez más potente,la nívea espuma… La irremisible frescura de la brisa y ese aroma salino,todo se me antojaba eterno.Cuan apacible música salpicando miles de gotas sobre mi rostro y atravesando el sol en arcoíris. Era como si el tiempo se detuviera,como si nunca hubiera existido otro momento. ¡Cuanta belleza en tan radiantes destellos nacarados,cuanta dicha en tan extasiados sentidos! Ese fluir y ese ritmo armonico, todo y cada parte del todo se integraba y me arrastraba irremisiblemente hacia su Ser. En una unidad, en el sí mismo desbordado.
“Oh Océano,que blandes tus escarpadas olas ante mí;
encrespadas, acariciadas por el viento;
a ti que muestras tu poder verdeazul y profundo,
a ti que me envuelves con tu hondo manto brindándome universos de plenitud.
Cada momento, cada instante:
…y siento que soy agua,
y siento que soy roca ,
y siento que soy pez.
Me fundo en el Todo…”
