Opuestas.
Por alguna razón siempre termino enamorándome de dos tipos de mujeres,
Estas son totalmente opuestas entre sí
Pero en ambas hay cierta magia que me atrapa,
No sé a que se deba pero así pasa.
La primera es la clásica cabrona,
Esa hija de la chingada a la que le vale madres todo,
La que habla con un culo de groserías
Y te golpea en el brazo como diciéndote un “te quiero”,
Es esa mujer fría,
La que no lee poesía y no es para nada tierna
Pero llega a ser muy linda a su modo.
Lo que me gusta de este tipo de mujer es su carácter,
Esa fuerza que tiene,
Ese mal genio que le llega a ratos
Y que no ocupa de nadie,
Se la pasa moviéndose de un lado a otros hasta conseguir lo que quiere,
Se le alcanza a ver la determinación en la mirada.
Amo que con ella no necesito de ningún tipo de filtro
Puedo decirle exactamente lo que quiero,
Puedo decirle tranquilamente que quiero coger y no se molesta,
Puedo ser cursi y muy lindo con ella y aunque se muestre indiferente, yo sé que por dentro le encanta,
Aunque me golpee el brazo mientras me sonríe y me llame “puto”,
Además tiene ese sentido del humor tan suyo que tanto me gusta.
Por otro lado, está la del alma rota,
A la que le ha ido mal en la vida,
La misma que va con una gran sonrisa pero con la mirada triste,
La que en sus ojos guarda una gran cantidad de palabras
Pero sin embargo nunca dice nada.
Es la clase de mujer que lee poesía,
La que ve películas románticas y llora con ellas,
La que lleva un desmadre en su cabeza
Y tiene un cielo de ángeles rebeldes en su pecho.
Tal vez deba alejarme de este tipo de mujer
Pero es demasiada poesía como para dejarla.
Va por ahí con las alas rotas y sangrantes,
Llevando consigo un calor que la caracteriza,
Una calidad de persona que no se encuentra tan fácil
Pero tiene el alma rota
Y el corazón ahogado en penas…
Sin embargo me encanta poder escucharla y ayudarla con todo,
Tal vez sea yo el que la busca sin darme cuenta
O quizás, solo quizás, nuestros caminos estén hechos juntos.
No sé con cuál tipo de mujer terminaré,
Solo espero que si termino con la cabrona, logre ablandar un poco de su persona
Y si llego a terminar con la del alma rota, pueda ayudarla a coser sus heridas y hacer que supere lo que sea por lo que haya pasado.
En fin, sin importar con cuál termine, me quedaré ahí, a su lado.