Oscuridad
Sentí que el tiempo se hacía cada vez más pesado sobre mi espalda, sentada mirando la lluvia caer sobre la ventana, recordando, otro día más recordando para mí. De repente la lluvia se descargó con todo su potencial. _Otro día gris_ dije con suave voz al voltear, y otra vez por mi mente pasaba la misma pregunta ¿cómo continuar? A cada día que pasa está herida se agranda más por sus ausencias. Mis paredes limpias de imágenes, las bibliotecas llenas de libros de cuentos irreales. _ ¿Es que la tristeza será mi destino?_ Otra vez me hacía estas horrible preguntas que como plagas se reproducía extendiendo la tristeza a todo mi alrededor. Repentinamente un grito ahogado salió de uno de los libros sobre el escritorio, pensando en que será camine hacia el sin sentimiento de miedo ante algo peligroso y al abrir el libro de sus blancas páginas salieron los fantasmas del pasado volando y desordenando la habitación. En el centro, estaba yo, rodeada de tristeza y dolor, descubrí que ya me había trasformado en un cascaron vacío de alegría, la ausencia me había robado esa emoción. Acurrucada en el suelo pensando ¿qué hacer? ¿Porque vivir? ¿Porque seguir? Y sin levantar la vista sentí que los espíritus se detuvieron en el aire a observar a la pobre persona miserable renunciando a todo. Tome un abre cartas que estaba en el suelo junto a mí y cerrando los ojos lo acerque a mi corazón. La última salida, la de cobardes o de valientes, depende de quien lo observe. Había tomado ya la decisión debido al peso del pasado que me hacía difícil continuar y mi corazón seco no me ayudaba en nada. A pocos centímetros estaba el abre cartas cuando un luz brillante apareció frente a mí, y al mirarlas con mas detalle descubrí que no era solo una luz sino dos ángeles que me visitaban en mi oscuridad tratando de iluminarla. Tire el abre cartas a un costado y me invitaron a levantarme del suelo, parecía que el ambiente había cambiado, la tristeza ya no se sentía en la habitación. Fuera la lluvia paro, los rayos del sol entraron por la ventana, parecía estar en el cielo. Entre volteretas, bailes y juegos los segundos pasaron y cuando quise darme cuenta ya estaba sonriendo nuevamente. De repente los ángeles se comenzaron a alejar un poco y con tranquilidad señalaron detrás de mí, un fuerte dolor me atravesaba el pecho y volví a mirar. _No es real_ susurre mientras me lanzaba de rodillas al suelo. _ ¡No es real!_ grite. Los ojos se me llenaron de lágrimas, mis emociones habían vuelto, al mirar atrás los ángeles habían desaparecido, fue ese el momento en que caí en la realidad, acababa de morir. Un grupo de paramédicos entro rápidamente en la habitación pero ya era tarde, el abre cartas estaba clavado en mi corazón. Una sombra se alzó delante de la puerta, era la mismísima muerte haciéndose presentes. Me seque las lágrimas de los ojos mientras gritaba. _No, todavía no_ pero la muerte hacia oídos sordos a mis suplicas. _Es horrible ver personas jóvenes tomar la salida más rápida ante sus problemas, debiste buscar ayuda, Querida_ camino por entre los paramédicos hasta mi. _ ¡Quiero vivir!_ le suplique de rodillas _ ¡Quiero vivir!_ La muerte tomo el abre cartas en sus manos. _Los mortales humanos sucumbiendo ante sus miedos. Querida. Con sinceridad no me importa si enloquecen o no, yo solo vengo por las almas de aquellos que se entregan a mí_ La muerte se izó cenizas en el centro de la habitación, ya no había vueltas atrás. Mi madre entro histérica a la habitación, trataron de calmarla pero su alma ya estaba destrozada. En un parpadeo mi alrededor cambio, ahora estaba de rodillas sobre el pasto en el cementerio, a unos pocos metros, mi féretro estaba siendo enterrado, las personas llorando y tratando de consolarse entre sí. En ese momento desee poder retroceder el tiempo solo lo necesario para que esto no pasara. La muerte volvió hacer su aparición junto a mí. _1 millón de personas se suicidan a causa de una depresión les nubla la vista y bloquea su razón. ¿Por qué debería retroceder el tiempo para ti?_ pregunto con su calmada vos. _Mi familia ha tenido suficiente sufrimiento como para tener que soportar mi muerte. En el momento que me vi en el suelo no pensé en mi sino en las personas que sufren por mi culpa_ nuevamente volví a parpadear y todo se volvió negro solo el sonido del llanto de un niño, el grito de dolor de una madre y luego el silencio total. Una luz me cegó momentáneamente pero luego todo se volvió claro. Me encontraba en el suelo de la habitación, ya había amanecido y todo estaba en calma. Sentí los latidos de su corazón todavía latiendo y la felicidad de respirar. Me levante y salí corriendo hacia la casas de mis padres, los abrace fuertemente. Talvez avía sido un sueño o de verdad me había concedido una segunda oportunidad, de cualquier forma era una oportunidad que no iba a desperdiciar. Posteriormente luche contra ella cada día y viví lo suficiente para tener una familia, despedir a mis padres de esta vida y ayudar a muchas más personas que sufrían de depresión.
Querido lector: La depresión es una enfermedad que se calcula afecta a unos 350 millones de personas en el mundo. Un problema de salud mental, puede causar gran sufrimiento al alterar las actividades laborales, escolares y familiares, en el peor de los casos puede llevar al suicidio. A pesar que hay tratamientos eficaces, un porcentaje de los afectados en todo el mundo no reciben la ayuda que necesitan o se niegan recibirla. La realidad es que la carga mundial de depresión y de otros trastornos mentales está en aumento y son estas personas quienes vienen a mi muy de prisa para luego suplicar cuando ven la realidad. Es triste que sin importar lo sano de su vista no puedan ver lo real hasta que es ya muy tarde. Atte. La muerte