Tan cerca,tan lejos.
El agua recorre mi cuerpo dejando incluso que se deslice por mi rostro. Deseo que se lleve toda esta ansiedad. Escucho en la radio nuestra canción transportándome a ese bello momento. Si pudiera retroceder el tiempo, lo único que cambiaría serian los ratos que pasé sin ti,los enfados innecesarios o momentos perdidos por las nuevas tecnologías. Suena mi alarma, es momento de preparar mi almuerzo para marchar al trabajo. El trabajo,ese ladrón de tiempo, de emociones e ilusiones donde somos meras máquinas y números.
El cielo está nublado, llueve lentamente, y al igual que hace un rato dejo que la lluvia caiga sobre mi,quizás ella se lleve mi pena. De nuevo mi tren viene con retraso,me apresuro entre la multitud para no llegar tarde .
Acelero mis pasos hacia la puerta del local.
¿Donde estoy?
Alguien quita la venda de mis ojos. Me duele el cuerpo, parece que me hubiesen caído mil piedras encima. Mis extremidades pesan tanto que apenas puedo moverlas. La habitación no tiene demasiada luz. La puerta tiene forma de arco de medio punto con una cortina de seda azul . Por el hueco de una vidriera de colores observo un pequeño patio.
Trato de moverme y una voz desconocida y afable me retiene tratando de calmar mi impulso. Es una mujer de mediana edad con grandes ojos negros, nariz ligeramente puntiaguda, labios finos y tez muy morena. Sus ojos también transmiten mucha paz. Sin embargo no calma mi desconcierto. Ella toca mi frente con sus manos suaves y agrietadas. Posa un paño húmedo y trata de calmarme.¿Que me calme yo, precisamente yo? La paciencia no es una de mis virtudes precisamente y mucho menos en esta situación. Tengo que volver al trabajo, llego tarde, llovía fuerte, y en menos de un minuto me encuentro en una habitación postrada en una cama y observando un jardín a pleno sol.
El tono en que me dice cálmate, tranquilízate, me recuerda a Cristian. Él, un nervio andante, siempre me aplacaba en esos momentos donde ya intuía que todo lo que guardaba iba a explotar, sostenía mis hombros y me miraba fijamente, pareciese que me hipnotizaba, y así me salvó de mas de un enfrentamiento en el que hubiese ardido Troya por mi parte.
Se asemejaban tanto, incluso físicamente, esa mirada tan franca,tan viva y directa. Esa forma de aminorar mis nervios.
Sin embargo,mi histeria retenida, termina aflorando.¡ Necesito saber dónde estoy!¡Quien es usted! Grito desesperadamente, me desarropo, tiro el paño tan fuerte que sale por la ventana y mi almohada empañada en sudor ha terminado en el suelo. He tratado de levantarme y a los dos pasos el peso de mi cuerpo me ha vencido y he vuelto a caer, me siento rota en pedazos. La mirada de la mujer está cambiando y comienza a fruncir el ceño, ahora la que da miedo es ella. Firme y tajante me vuelve a repetir-descansa, después te contaré todo – y sus labios dibujan una sonrisa tierna y compasiva
Me ofrece un plato con pescado y salsa de cilantro acompañándolo con un postre de pestiños y una infusión. No tengo mucho apetito pero decido probar esa exquisitez. Sus mirada torna seria, parecida a la de mi madre cuando no quería comer, con lo cual no puedo oponerme a tal desafío.
-Mi nombre es Aasima, significa protectora. Ramnsi te encontró cerca del Zoco y parecías muy perdida y asustada, como si hubieras visto un espectro.,corrías muy deprisa y tropezaste con una serpiente,que inyectó su veneno en tu pierna. Por eso te encuentras aquí. Muchacha tus atuendos estaban desgarrados y sucios. Pensó que necesitabas ayuda
Cuando comienza a relatarme la forma tan inusual en la que se dieron los acontecimientos,mi incertidumbre se agrava mas aún en lugar de despejar incógnitas. Recuerdo mis ganas de visitar de nuevo mi adorado parque del Retiro. Uno de los grandes pulmones verdes de la capital,donde guardo maravillosos recuerdos y he atrapado las mejores momentos. Su estanque,el palacio de cristal,sus fuentes,sus rosaleda,todo transmite sentimientos en ese inmenso parque. Cerca se encuentra un restaurante llamado el Zoco donde puedes degustar una sabrosa lubina en ceviche caliente o deliciosos postres.Sin embargo por muchas ganas que tuviese de volver, aun no había encontrado el hueco en mi ajetreada vida. Trato de tranquilizarme pero mi cuerpo tembloroso me delata.
-Mi nombre es Coral. Agradezco su hospitalidad y que cuide de mi sin conocerme en absoluto. Sin embargo aunque trate de calmarme no lo consigo,Si ,reconozco que quería ir al Retiro y a ese restaurante del que tanto me han hablado,pero Aasima..yo recuerdo que no estaba ni siquiera estaba cerca,lo ultimo que recuerdo es entrar en el local, casi volando, porque mi tren se retrasó. Aasima supongo que sabrá como es el transporte publico en Madrid,sobre todo el cercanías,siempre con averiás y retrasos,cuando no es por eso,es porque hay huelga ,y si no, porque tristemente alguien se tiró a las vías.
El gesto de Aasima se va transformando a medida que me escucha.
-Niña utilizas palabras desconocidas para mi,no conozco el retiro ni sé lo que es un restaurante,y mucho menos la ciudad de Madrid,ni el resto de lo que me cuentas. Ven,salgamos al patio junto con el resto de mujeres. No se que le ocurrió a tu cabello tan desbaratado. En esta tierra las mujeres solemos tenerlo largo y cuidado,casualmente mañana es el día en el que podemos ir a los baños públicos,allí nos daremos masajes con cremosos ungüentos y arreglaré tu escasa melena.
-Aasima,está siendo muy amable conmigo pero lo único que deseo es salir de aquí y volver a mi vida, y mi cabello me gusta,es el color de moda de este año al igual que mi corte escalonado. Repito agradezco,pero seguiré mi camino sola ,si es tan amable de enseñarme la salida.
Me mira con ojos desorbitados,sin comprender mi actitud, al igual que el resto de mujeres,pero mi asombro es mayor al escuchar sus conversaciones que parecían del año de mi abuela,y ahí,ya si que no puedo resistirme,exponiendo mi opinión tan controvertida para ellas como para mi la suya. Cuando digo que estábamos en el siglo 21, me miran con cara de asombro. Solo una de ella permanece en silencio y observando la situación con mayor interés. Sus ojos verdes resaltan,y esconden demasiados secretos. La muchacha sigilosamente me da un pañuelo cuidadosamente doblado indicándome silencio con su gesto.
En la soledad de la noche abro el pañuelo,cubre una caja hermética con números y formas geométricas talladas. Tiene el hueco de una llave de forma singular. Percibo unos fuertes golpes en el exterior, gritos y voces,me asusto a la vez que siento una enorme curiosidad,pero el miedo puede mas y permanezco en el cuarto.
De nuevo despierto agotada,vuelvo a revisar la caja,pero el pañuelo ha desaparecido.
Tras varios días,he tratado de adaptarme de la mejor forma posible, pero sin perder la esperanza de volver.
Nadie parecer saber nada de lo ocurrido aquella noche, y eso agrava el concepto que tienen sobre mi. Acompañadas por Ramnsi, nos dirigimos al zoco,calles estrechas,mercaderes,y gran variedad de especias y telas. Alguien me empuja,casi me doy de bruces con un hombre de anchas espaldas,pero Ramnsi y Aasima logran sostenerme. He parecido escuchar mi nombre,Coral,una voz muy familiar,ese perfume que me transporta a mi vida anterior. Ambos vuelven a mirarme con cara de preocupación,pues no vieron que nadie me empujase.
Me siento tan sola,tan desubicada,angustiada,pero no hallo la forma de salir, maldita serpiente,ya ni siquiera se a donde pertenezco. Añoro tanto a Cristian. la discusión fue tan fuerte que tan solo quería dormir,y no tenia apetito,algo que en mi,no es normal. Sin embargo tenia que seguir con mis obligaciones diarias. Desapareció y nunca volví a saber de él,y así me convertí en una persona, enfrascada en el trabajo y siempre malhumorada.
Al fin y al cabo,no es tan distinto a mi vida habitual,y aquí,al menos,encontré extraños que cuidan de mi ,y aunque me juzguen ,me respetan.
Vuelve la oscuridad de la noche, despojo de la túnica y el pañuelo que tapa mi cabello. Algo tira y se enreda en mi peinado.¿Un llave diminuta?.Un gran estruendo interrumpe mi pensamiento,vuelven los gritos en el jardín, es la voz de una mujer,pero no alcanzo a escuchar sus palabras. Me dirijo hacia allá entre la oscuridad,la voz se esconde entre el ruido de los truenos,cuando llego no hay nadie, la tormenta ha cesado y el cielo está tan despejado que la luna ilumina todo.
Algo acaricia mi rostro suavemente,haciendo que gire mi cuello,no hay nadie,pero el pañuelo está sobre mis pies. El sol está saliendo y debo volver,de repente,observo la figura de una mujer corriendo hacia la salida,la llamo,no responde,la persigo,pero no logro alcanzarla,debo regresar.
Hay una nota en el pañuelo,”introduce los números ”.Alrededor de la cerradura hay un circulo con números aleatorios,giro la llave en varias posiciones,pero ninguna resulta. La incertidumbre me está exasperando y pruebo mi ultima baza: 2315
¿Como? ¿Que hace aquí esta pulsera?Es imposible que exista una igual. Era una herencia familiar,única,su tatarabuelo la pidió como un encargo especial para su mujer,debía ser una pieza única.
6 de junio,ya han pasado 3 meses en este remoto lugar.
Tímidamente,la muchacha de ojos verdes se acerca.
-Has de venir conmigo a los baños públicos.
Nos encaminamos hacia los baños,pero alguien me arrastra fuertemente dejándome inconsciente. No puedo ver nada,han vuelto a tapar mis ojos. Ese perfume,me vuelve a impregnar,me acelero,me tiembla todo el cuerpo,y pataleo,mis manos están atadas¡quiero salir de aquí! quiero volver! ¡que está pasando!
Siento frio,alguien me arropa,siento que me abraza.
-¡suéltame!
Tengo miedo,pero hay algo que resulta tan familiar,tan cercano. Tengo sensaciones encontradas,quiero huir, pero a la vez,alguien me está transmitiendo mucha seguridad.
Por fin retiran la venda de mis ojos. Me han tumbado en una especie de hamaca,es de noche y puedo ver las estrellas. Solo se escucha el viento,aun no puedo moverme pues sigo atada de pies y manos.
-Coral, aun no entiendo como no me has reconocido. Pensé que estaríamos unidos para siempre. Ni en los ojos de Aasima pudiste percatarte de mi atención,ni en la intriga de la muchacha pudiste notar mi preocupación,ni tan solo en el zoco,pudiste entender lo que quería. Te he llamado a gritos de mil formas,varias noches,me has perseguido,si ,era yo,en todo momento y en mil formas,he llorado tanto que desaté una tormenta. Ahora ,Coral,te desataré,para que puedas ver mi verdadero rostro,ese,que solo tu puedes ver,ese,que te ha enviado mil pruebas a lo largo de este tiempo. Si ,Coral,este no es nuestro tiempo,hemos aparecido en Al-Andalus. Esa época que tanta curiosidad nos daba,siempre quisimos conocer la Mezquita de Córdoba,la Alhambra,y todo lo referente a este mundo. Siempre quisiste ir a un spa,pero nunca nos lo pudimos permitir,siempre te gustaron los dulces marroquíes,siempre,quisiste vivir en una gran casa con patio y jardín. Si, es difícil de asimilar,pero ya no estamos en ese mundo de estrés,en ese mundo que nos había transformado tanto,ya,Coral,volviste a tu lugar y ahora nuestras almas pueden viajar a cualquier tiempo y lugar,reencarnarnos en cualquier persona,en cualquier animal,pero siempre juntos.
Me he quedado perpleja,tras su rostro,veo a Cristian reflejado.
Las imágenes pasan por mi mente como una película:
Por mi afán de llegar a tiempo cruzo el semáforo en rojo y un coche frena en seco sobre mi. El asfalto quema mi cuerpo pero estoy inmóvil,escucho el sonido de ambulancias,y voces desesperadas,¡no respira! Su corazón se ha parado,no podemos hacer nada. Dos de marzo del 2015,Coral,ha fallecido.
Creo que quizás deban ingresarme en un manicomio,pero solo quiero abrazarle,ni tan siquiera,deseo preguntar donde se escondió. Noto como me elevo y levito hacia él,le abrazo fuerte y nos miramos fijamente,ahora podremos viajar por las estrellas y hacia cualquier lugar, Nos hemos reencontrado,en otra época,en otro lugar,eternamente juntos,ni la parca nos pudo separar.