Un Caballo llamado Libertad
Abuelo! ¡Abuelo!, me cambiaron el caballo.
-¿Cómo que te cambiaron el caballo?
-Si abuelo, hoy estudiamos en la escuela sobre los escudos y en uno de ellos tenía un caballo blanco, que iba hacia la derecha y miraba hacia atrás y ahora lo cambiaron por uno que corre hacia la izquierda y siempre mira hacia abajo. Me gustaba el otro ¿Será que algún día volveremos a verlo?
-Puede ser, tengo la certeza de que un día veremos otro que nos guiará hacia la libertad y eso me recuerda un cuento que me contó mi padre hace muchos años en la escuela…. quieres escucharlo?
_ ¡Si abuelo!, me gusta cuando me cuentas tus cuentos.
Hace ya bastantes años, cuarenta años tal vez, existía un pueblo llamado Prosperidad muy rico en historia, tenía mucho oro dorado y negro también, pero su riqueza principal, eran las personas, nacidas en esa tierra, y los venían de otras partes a vivir en el pueblo de la prosperidad y la paz, pero no todo el tiempo fue así, muchos quisieron poseer sus riquezas, pero el pueblo siempre luchaba por su libertad. Pero… siempre había personas envidiosas y avariciosas, que querían apropiarse de estas riquezas y quitarles la libertad.
En este pueblo, su símbolo especial era representado por un caballo blanco, lo encontrabas en sus monedas y escudos, a veces en sus banderas, corría siempre hacia la derecha porque era libre de elegir a donde ir, todos lo querían,pero los niños en especial, lo montaban en sus sueños , viajaban en sus lomos a través de la imaginación, eran felices… Pero un día, llegó al pueblo un hombre que quería atraparlo para llevarlo en otra dirección., porque nada le gustaba y solo quería hacer su voluntad, sin importarle los demás.
Este hombre comenzó a decirles a las personas, que todo estaba mal en ese pueblo, que debían cambiar ese caballo, porque si seguían así, no iban a ser felices, engañaba y mentía, tanto insistió que la gente comenzó a creerle y lo nombraron el Jefe supremo, porque así se llamaba a la máxima autoridad. El día que fue elegido comenzó a cambiar todo, y esos cambios no trajeron la prosperidad anhelada, las personas vivían siempre en un letargo y tristeza, como si no tuvieran esperanzas, los niños ya no reían ni creaban, ni soñaban, parecía que había muerto la esperanza y la imaginación, todo era tristeza y desolación, porque este hombre cambió el caballo su simbolo, por uno que corría siempre hacia el pasado, con la cabeza gacha, y fue llamado opresión , así vino la noche negra al pueblo, tan oscura, que nadie podía desear o soñar con un futuro mejor, por el miedo a perderlo todo, veían el futuro de prosperidad como algo lejano, y así pasaron los años, veinte años tal vez y el jefe supremo murió, pero dejó a un sucesor, su hijo, que siempre andaba metido en líos, no le gustaba estudiar y era el vago del pueblo, le gustaba juntarse con personas malas y siguió los consejos de los que se apropiaban de las riquezas, y el pueblo y sobre todo los niños sufrían las consecuencias pero aún así querían recuperar lo perdido.
– Y ¿Qué pasó abuelo?
– ¿Qué pasó con las personas del pueblo? Y el Caballo?.
-Espera, ya te cuento
Durante esos años oscuros, y nació, sin que se dieran cuenta un nuevo caballo, blanco como la nieve,
que iba renobando las fuerzas perdidas, era hermoso y llenó de sabiduría, su aparición poco a poco impregnó de esperanza a las personas, ese despertar los llevó a buscar un cambio y las maneras de derrotar al que destruía al pueblo, comenzaron a recuperar la fe perdida y lucharon hasta vencer. Ahora, todos eran felices, había vuelto la justicia y la paz, recuperaron la fe, sus ideales y creencias y escogieron a un nuevo gobernante que les devolvería su caballo blanco, color representa todo lo bueno, puro y lo bello. igualmente, crecia su fe en Dios, creian que les alumbraba el camino para seguir adelante, porque, este nuevo gobernante era conforme al corazón de Dios y restituía la ley, así en el pueblo se convirtió en la tierra de gracia, fue así como el nuevo Jefe Supremo, guió al pueblo, y crepo ese nuevo simbolo, con la figura del caballo blanco, que ahora no solo miraba hacia atrás para recordar lo que no se debe repetir del pasado, también galopaba hacia adelante, mirando el futuro con la cabeza en alto, porque ahora todo iba a estar mejor.
-¿Sabes cómo se llamaba ese caballo?
-¡Si abuelo! ¡Sí, yo sé. Yo sé!, ¡LIBERTAD!