UN TÈ DE AUSENCIA
Al final del día me tomo un té de golondrinas humeante de verano, recuesto mis suspiros sobre tu recuerdo para sostenerme en tu mirada y así beberme el aliento de la tarde que me sabe a ti.
Solo al final del día me dan ganas de mirarme en los cristales de tus ojos donde siempre veo el reflejo de tus pasos con dirección a mí.
Me vuelvo noche para arrancarte las estrellas y llenar el espacio ausente de tu ser.
Voy soñando con cada letra de tu nombre volando con ellas en el eco suave de tu voz.
Solo en el manto de la tarde me arropo con tu ausencia y cabalgo en el relincho tenue de tu adiós.
JORGE EVER GONZALEZ DOMINGUEZ