VENGANZA

VENGANZA

Unos ojos vigilaban la noche, desde la azotea del viejo teatro no perdían detalle de todo y todos los que pasaban por la calle. Miraban  todas y cada una de las personas, esperando pacientemente a la perfecta. Descartó a una anciana que paseaba a un perrito, -Demasiado vieja. Una madre con un bebé, -No, no me gusta tener que separar a una madre de su hijo. Unos agentes de la ley, -Um, tentadores, pero hoy es su día de suerte, no son lo que busco.

Quedo allí sentada en la azotea, fueron pasando las horas, y el jaleo de la ciudad se fue diluyendo poco a poco, hasta que de pronto, algo llamó su atención, por la calle desierta bajaban unos enamorados, iban agarrados por la cintura y se comían a besos a cada paso.

Una sonrisa asomó a los labios, dejando entrever un afilado colmillo, -Ya eres mío bastardo. Y de un salto bajó de la azotea y se plantó delante de la pareja.

-Hola Tom, cuanto tiempo, veo que sigues seduciendo jovencitas. Nena, si no quieres ser una desgraciada será mejor que te vayas, este tío no es trigo limpio. Déjame adivinar, te ha prometido viajes y dinero, pero déjame decirte que el único viaje que harás es al prostíbulo europeo que más puje por ti, y el dinero solo lo vera él.

-¿Quién coño eres tú?

-Oh, ¡pero que desilusión! No me digas que ya no te acuerdas del viaje a Rumanía, lo pasamos muy bien, hasta que decidiste venderme a unos proxenetas, que si no recuerdo mal, te pagaron muy bien.

-¿Lucy? Pe…, pero es imposible, ¿cómo, como es posible?, ¡me dijeron que no volverías!

-Ya, esa era su intención. Pero uno de los clientes, tenía “gustos raros” y gracias a él he sufrido, una transformación, por así decirlo. Pude escapar de esa red de prostitución y malos tratos, no  sin darles su merecido, claro está. Y aquí estoy, y mira por dónde delante del culpable de todo, y ya te imaginaras como va a acabar esto.

-Lo siento mucho Lucy, pero
necesitaba el dinero, me costó mucho hacerlo, yo te quería.

-¡No insultes mi inteligencia! Tú no sabes lo que es querer a alguien, y que ese alguien te traicione de esa manera. Todos y cada uno de los días que me pase entre esos animales desee la muerte. Hasta que conocí a Petrov, y gracias a él soy una persona nueva, que va a ejecutar mi venganza.

-Vamos nena, empecemos de nuevo, tu y yo, juntos.

-Es demasiado tarde ya, dijo mientras desplegaba los colmillos, tus mentiras no te servirán de nada, voy a encargarme de que no hagas daño a más chicas inocentes. Y dicho esto, agarro a Tom por el cuello, y sin piedad, lo mordió. Y allí, en la calle, lo dejó seco, ante la mirada aterrada de la chica que iba con él.

Lucy la miro, se acercó a ella, la levantó del suelo, la miró a los ojos, tranquila, estas a salvo, ahora vas a irte a casa y te vas a meter en la cama.

La muchacha miró a los ojos de Lucy, y sin decir palabra, se marchó.

-Ya los mataste a todos, y ahora ¿qué vas a hacer Lucy?

-No lo sé Petrov, creo que me quedaré por aquí una temporada, todavía quedan muchos indeseables en la ciudad, y siempre quise ser una heroína, aunque tendré  que ser una heroína anónima, la humanidad no está preparada para descubrirnos, coño, ¡ni yo estoy preparada! No sé lo que me voy a encontrar ni los enemigos a los que tendré que combatir, pero no puedo obligarte a quedarte conmigo Petrov, si quieres volver a Rumanía lo entenderé, al fin y al cabo, es tu casa.

-Sabes pequeña Lucy, siempre quise coger unas vacaciones, y este es un buen momento, además, todavía me queda mucho por enseñarte, y hay algunos de nuestra especie que piensan que son la raza dominante, esos siempre dan problemas estén donde estén, y una recién convertida siempre es una tentación para envenenarla con sus mentiras.

-Bien, se hace tarde ya, volvamos al hotel, mañana será otro día.

Y así es como esa noche en la que apareció el cuerpo sin vida de un hombre al cual le habían desgarrado la garganta, los maleantes de la ciudad fueron cayendo uno a uno, con la garganta desgarrada y desangrados, y, aunque la policía buscaba a un justiciero loco, la gran mayoría estaba en deuda con quien fuera quien fuera, les estaba dejando una ciudad limpia de crimen.




  • 0 Comentarios

    Dejar una respuesta

    Contacto

    info@scriboeditorial.com
    666 47 92 74

    Envío
    o de las

    Inicia Sesión

    o    

    ¿Ha olvidado sus datos?