visitante de alcoba

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visitante de alcoba

Era una fría noche de invierno  y soplaba un fuerte viento. El sonido de una gran tormenta golpeaba la ventana,  un árbol frondoso y agitado en el jardín rasgaba el cristal con una de sus ramas emitiendo un agudo chasquido. Alaina estaba muy triste, hacía un par de semanas que había perdido a su pareja sentimental . Después de mucho llorar, las lágrimas se secaron en su rostro y quedó dormida por el  cansancio. Ella estaba tumbada en la cama, durmiendo plácidamente, de repente sintió una sensación muy extraña, como si alguien o algo que no era de este mundo la vigilara sin cesar. En el silencio de la noche apareció inesperadamente al fondo del pasillo una silueta, una sombra en la lejanía de la oscuridad, parecía un humano de figura esbelta vestía un traje color rojo carmín, adornado  de botones hasta donde alcanzaba la vista, Iba descalzo y su cuerpo era etéreo, flotaba en la habitación sus pies no tocaban el suelo ,y se deslizaba hacia ella, Alaina no podía despertar de tal ensueño…

Ella vio como aquella silueta, en medio de la penumbra se acercaba sigilosamente, cual espectro nocturno. A medida que se fue aproximando, el juego de luz y sombra fue descubriendo aquel rostro, era un ser alto, de piel muy blanca casi fantasmagórica, sus ojos eran  grandes y negros con ausencia de pupilas. Entonces aquel ser la miró unos instantes frente a la cama, le extendió el brazo y le ordenó mentalmente que le diera la mano. Se levantó sin pensarlo, salió de la cama flotando sobre las sábanas blancas de seda y le dio la mano suavemente, sentía su mano agarrada a él, esta le transmitía una sensación impasible e imperturbable. Ese ser tenía mucha fuerza, la absorbía mentalmente, su consciencia y voluntad quedó mermada en solo unos segundos, estaba asustada no sabía que quería de ella.

Tenía una fortaleza descomunal, le tiraba del brazo fuertemente, flotaban sobre el dormitorio, atravesaron la pared cruzando la habitación y la arrastraba hacia  otro lugar de la casa. En ese momento estaba tan abrumada que no le importaba adonde le llevaba ni cuál era su intención…

Era un ser muy atractivo  de una belleza sobrenatural, de unos cánones tan perfectos que la llegaban a hipnotizar con solo mirarle, su rostro era cautivador y sus ojos desprendían tal magnetismo que la hechizaban sin tener escapatoria. El la dirigió al balcón y este se deslizó hacia el vacío, su cuerpo o lo que aquello fuera desapareció, se desintegró sin más. La curiosidad de Alaina pudo más que el sentimiento de angustia y ella se acercó temerosa, puso sus manos sobre la barandilla de mármol del balcón, y sin pensarlo más se inclinó hacia delante, impulsando su cuerpo hacia el abismo, pero pudo comprobar que aquel ser se disolvió rápidamente como si de humo se tratara. Cual fue su sorpresa que sin esperarlo, una mano apareció de la nada, era él de nuevo le agarró el camisón y la quiso arrojar por el balcón, estuvieron forcejeando un par de minutos pero para ella parecieron horas, no sabía como escapar de aquella pesadilla. El ser la sorprendió con una sonrisa malévola y siniestra pero sin mediar palabra alguna.
Después de mucho intentarlo , al fin pudo escapar de aquel ángel infernal de aspecto tan hermoso. Ella se despertó asustada, estaba en medio del pasillo de su habitación, esta tenía la piel erizada y la tiranta del camisón color rosado, se le resbaló por el hombro derecho, dejando entrever su cuello, tenía el corazón y pulso acelerado, además de todo el cuerpo empapado en sudor frío ante tal emoción de terror. En su dormitorio con el brazo extendido totalmente hierática y con  la cara pálida presa del pánico, tuvo que coger con su brazo derecho el otro brazo que tenía  alzado, tiritando de frío, tenía un sentimiento de horror que le invadía completamente .Siempre se preguntó quién era ese ser que apareció aquella noche, intuyó que al sentirse tan triste, él se alimentó de aquella emoción para apoderarse de su mente. Era como si un ente de otro mundo quisiera nutrirse de su dolor.

No olvidaba la sensación de pavor en su cuerpo y el temblor que recorrió sus rodillas al descubrir aquella situación tan estremecedora.Todas las noches al acostarse recuerda ese bello ser de rostro extraño e inexpresivo, parecía un ángel pero no precisamente celestial, nunca supo quién era ni cuál fue su fin. Su único consuelo era rezar para no volver a vivir esa escena tan horrible de nuevo  y se apoderara de su voluntad.




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