Volar a la eternidad
Surge la esperanza del deseo de ser querido y resulta que no llega nunca a tiempo.
Se ilusiona, se anima, llega el deseo de felicidad y nunca llega.
Cuando mejor cree estar, se presenta un desatino, un desastre o un roto para un descosido.
Nunca, nunca consigue que esa esperanza se convierta en realidad.
Cae en la desidia, en el llanto y en la falta de autoestima, se convierte en un desastroso vivir que no desea.
Vuelve la mirada atrás y sabe que nada será distinto, toda la vida es un caminar duro y difícil que nunca llegará a ver la final.
Cuanto más suplica que se quiere ir, menos ocurre y ya, no sirve de nada estar aquí.
Un cielo sin nubes y una causa sin desarrollar que volará a la eternidad.
Lo he leído y me acordado de la letra de la canción “Happy end” de Ayumi Hamasaki.
La verdad es que me siento identificada con este poema.