Volver a empezar

Volver a empezar

Todo pasa consecuencia de algo; al final nada es casualidad. Y  mientras todo pasa la vida también.

A veces el tiempo marcha
lento, tanto que parece correr hacia atrás, haciéndote creer que en cualquier
momento las gotas de lluvia empezarán a resbalar hacia arriba sobre el cristal. La verdad es que jamás se
detiene por más que lo desees y no importa si estuviste cerrando los ojos con
fuerza o si al abrirlos te decepcionó ver que amanecía. Las ganas sobran frente
a la impotencia, aunque es dificil desechar todo lo que sobra.
No se si es realmente
importante conocer la textura de tus propias manos, de qué color son tus
ojos,
qué te gusta leer, qué disfrutas cantar, en qué piensas, qué sientes,
qué
lamentas y qué esperas. ¿Qué pasa si no te tomas el café de la mañana? si las horas pasan lentas cuando el aire huele a tierra mojada, si se
estaciona la
vida cuando necesitas respirar… Aquello de descubrir lo que ya
todos conocen no suena tan absurdo cuando tus oidos sólo escuchan lo que
nada
dice ya.
Volver a empezar no es cuestión de acabar con lo que ocurre ahora y
abandonarlo todo, ni de caminar en sentido contrario al destino planeado. Nadie
sabe de qué trata, pero se parece al delirio de tomarte un instante para contemplar el universo en movimiento contigo detenido. Es volver a comenzar sin volver
al principio.




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