Peter.
Asi fue como ocurrió, pues asi fue como me lo contó ella, y asi me contó que se lo habia contado ella, y no hay que dudar del testimonio de una abuela ni del relato de un corazon herido y desesperado.
Aquel dia de primavera se encontraba hundida en la más profunda tristeza y desazón, como le ocurria regularmente desde hacia años, cuando recordaba el dia aciago en que su hermano pequeño, Peter, habia desaparecido misteriosamente, como por ensalmo, mientras jugaba en el jardin trasero de la casa de campo de su famila materna en la campiña de Staffordshire el mismisimo dia de su noveno cumpleaños.
El pequeño se habia esfumado sin dejar ningun rastro, como si nunca hubiera existido, y todos los intentos por encontrarle habian sido inutiles: Se habian organizado partidas con hombres de la aldea cercana y el sargento de la policia habia aparecido incluso con perros, para encontrar el rastro del niño desaparecido, pero estos solo habian podido seguir el olor de Peter hasta un claro del bosque de ancianos robles cercano a la casa, donde al parecer, los canes se negaron a seguir avanzando, asustados, gimoteando temblorosos y dando vueltas sobre si mismos, vete tu a saber el porque. La policia, a los pocos dias, habia detenido como sospechosos a un grupo de gitanos irlandeses nomadas que trataban con caballos y que habian plantado sus carretas cerca de allii, pero pronto tuvieron que dejarles libres por falta de pruebas y para permitir que se marcharan del pueblo para no volver, ya que los aldeanos estaban dispuestos a lincharles, aunque nada indicara que eran culpables de ningun delito.
Peter nunca más apareció, ni vivo ni muerto, ni se tuvo ninguna noticia de lo que podia haberle sucedido. Su familia aprendió con el tiempo a vivir sobrellevando el dolor, aceptandolo como parte intrinseca de sus vidas y evitando a toda costa nombrar a aquel que ya no estaba entre ellos… Toda la familia, todos menos ella: Se sentia responsable por lo ocurrido… No pasaba dia sin que pensara en lo sucedido, y el dolor en lugar de mitigarse al pasar los años, se hizo cada vez más fuerte. No podia dejar de pensar en lo sucedido, y en que, quizas, todo era culpa suya, que podia haberlo evitado : Le habian ordenado vigilar a su hermano pequeño, pero ella se habia sentado a leer su libro de poesia en el banco del jardin mientras el pequeño Peter perseguia alocadamente las mariposas que revoloteaban a su alrededor. Enfrascada en la lectura el tiempo le habia volado, y cuando levantó la cabeza del libro, él ya no estaba alli, se habia esfumado de este mundo como si nunca hubiera existido.
Con el tiempo, se habia convertido en toda una mujer madura, solterona y avinagrada, obsesionada con los hechos del pasado y sobre todo con la desaparición de su hermano Peter; Una persona solitaria que rehuia el contacto humano y las reuniones sociales como un gato escaldado, con fama de huraña y de ser un tanto excentrica, siempre enfrascada en sus libros, eso cuando no desaparecia del populoso Londres durante largas temporadas para refugiarse en el viejo caseron que la famila poseia y donde todo habia ocurrido, en un agradable paraje de la campiña para permanecer largo tiempo en soledad, revolcandose en su dolor, con la unica compañia del personal del servicio, que solo sabia de ella para ordenar las diferentes tareas de la casa o escoger los alimentos con los se confeccionarian los agapes de cada una de las comidas del dia.
Salió a pasear sola, como hacia siempre. El sol de primavera era agradable y la leve brisa que soplaba evitaba sentir excesivo calor. Aquel paseo tenia algo de especial, podia sentirlo, y esperaba que ocurriera algo diferente, no sabia el que, pero estaba segura que algo sucederia.
Habia caminado con la mente perdida, centrada obsesivamente, como siempre, en los ultimos pasos conocidos de su hermano, el dia de su desaparicion, como siempre hacia,.. Sin saber como, ni el porque, habia llegado hasta aquel claro en el bosque donde los perros habian perdido su rastro treinta años atras.
El llanto empezó brotar de sus ojos inevitablemente y se derrumbó sin que sus piernas pudieran sostenerla.. Sentada en el suelo, deseando que aquel dia de tantos años atras no hubiera existido, que nada de aquello hubiera sido cierto , deseando saber por fin que habia pasado, pues esa herida en su alma se le hacia insufriblemente dolorosa cada dia que pasaba.
Los insectos revoloteaban por todas partes, inconscientes, ajenos lo que les rodeaba, riendose de los problemas de los humanos desde sus simples vidas. Uno de ellos le llamo la atencion, era de gran tamaño, e insistia en dar vueltas alrededor de ella una y otra vez. Se movia tan rapido y erraticamente que no podia ver que era concretamente y a pesar de que por sus alas parecia una libelula, estaba segura que no se trataba de ese animal. Le lanzó sin pensarselo dos veces su chal por encima a guisa de improvisada red con la intencion de atraparlo y examinar de que se trataba. Se retorcia bajo el grueso tejido, podia sentirlo con sus manos, palpo el bulto con delicadeza para no dañar a su presa: Su cuerpo no era duro como el de los insectos, era suave y blando, más bien se parecia al tacto al de un pajaro o un mamifero.
Con sumo cuidado, levantó su presa envuelta con el chal y la desenvolvió lentamente, colocandosela a la altura de los ojos, procurando que no se le escapara. Una mujercita rubia con las orejas puntiagudas que no mediria más de unas cuatro pulgadas de alto y con grandes alas de insecto en la espalda le miraba desde su mano mientras luchaba y forcejeaba para escapar de ella. A pesar de la sorpresa inicial, pronto tuvo claro de que se trataba: Un Hada.
Incredula, examinó al ser feerico y que nunca hubiera creido ver en su vida, si no fuera en los libros de cuentos y en las fantasiosas ilustraciones que los acompañaban. Era realmente hermosa, de rasgos afilados y piel clara ligeramente brillante. Cada vez que movia sus alas dejaba escapar nubecillas de algo resplandeciente que identifico como polvo de hadas. Vestia un corto vestido de tela que cubria parcamente sus formas femeninas… Aquella tela… Enseguida le vino a la mente la ropa que su hermano Peter vestia el dia que desapareció… Era el mismo tipo de tejido y el mismo color.
Una sensación de calor que nunca habia sentido subió por su cuerpo, adueñandose de sus mejillas. Rabia, ira, adueñandose por completo de ella. Zarandeó al hada ante su rostro mientras le gritaba, esta se retorcia y chillaba con voz aguda en un idioma incomprensible.
-¿Donde esta mi hermano? ¿Donde esta Peter? ¿Que le paso?¡Dimelo!!!
El polvo de hada saltó desde las alas del pequeño ser y llenó su boca y su nariz, sofocandola. Sintió como se ahogaba, como la vista se le nublaba y la consciencia le abandonaba.
Las mujercitas le llamaban y le hacian gestos para que les siguiese mientras reian. Corrió tras ellas pero sus piernas cortas le hicieron tropezar y caer de bruces en el suelo. Se sentia extraña, como si aquel cuerpo no fuera el de ella. Se miró las manos y estas eran las de un niño. Manos de niño, piernas de niño, zapatos de niño… Pronto lo comprendió: El hada estaba respondiendole, permitiendole vivir de primera mano que habia sucedido con su hermano… Sintio una extraña alegria mezclada con un miedo atroz. Se levantó y continuó siguiendo a las hadas que le hacian gestos para que se acercara desde lejos, ya cercanas al centro del viejo bosque.
Eran muy graciosas y cuando revoloteaban, juguetonas, a su alrededor dejaban rastros brillantes, semejantes a caminos tachonados por miles y miles de diminutas estrellas resplandecientes. Le llamaban para que entrara en el agujero abierto en el tronco inclinado y cubierto de musgo de un gigantesco roble muerto ya decadas atras, golpeado por la furia de un rayo, y cuyas ramas se retorcian de forma imposible como si fueran serpientes surgidas de la testa de Medusa hasta tocar el suelo cubierto de matorrales.
Cuando cruzó el portal que conformaba el hueco en el tronco se sintió envuelta en un calido resplandor que la cegó completamente por unos instantes, y, cuando por fin pudo volver a ver, con los ojos lagrimeando por la luz, se sintió maravillada y embargada por una sensacion de total felicidad… ¿Aquel era el sitio donde su hermano habia desaparecido?
Un sol blanco y radiante iluminaba un paisaje de leyenda, plagado de hermosos arboles y enormes setas de calidos colores donde diminutos humunculos tocados con graciosos capirotes le observavan, divertidos, y el aire lleno de miles de pequeños seres voladores similares a las hadas que habia seguido a traves del tenebroso bosque dando vueltas y más vueltas, cada vez más cerca de él, formando una llovizna brillante que le hacia cosquillear la piel. Comprendió porque su hermano no habia vuelto, aquel era un mundo de maravilla, y ella, olvidando por un instante que solo experimentaba todo aquello a traves de los recuerdos de Peter que el hada le habia concedido, tambien deseo con toda su alma quedarse alla para siempre.
El niño avanzó hacia el centro de lo que parecia el poblado de setas, mientras los humunculos y las hadas le rodeaban, cada vez más cerca, riendo y farfullando entre ellos en lengua incomprensible para los humanos.
Subitamente todos ellos se avalanzaron sobre Peter como lobos hambrientos, mordiendole salvajemente, arrancando pequeños pedazos de carne, agujereando sus musculos para llegar a las visceras, bañandose en su sangre mientras el niño gritaba, se debatia y luchaba por su vida, enterrado bajo una marabunta de diminutos colmillos que le devoraban vivo, pedazo a pedazo.
En pocos minutos no quedaron más que los huesos mondos del niño bañados por la calida luz del sol de aquel bucolico paraje. Los seres feericos se tumbaron descansar entre risas y sonoros eruptos, con la barriga llena y una sonrisa maliciosa de satisfacción en el rostro ante la ingenuidad de los humanos, que a pesar de los siglos que hacia que de una forma u otra llevaban alimentandose de ellos, seguian cayendo en sus trampas.
Se levantó del suelo bañada en llanto. El hada habia desaparecido como si nunca hubiera existido. Habia podido sentir el dolor y la agonia de su hermano en su propio cuerpo… Y por fin habia podido saber que le habia ocurrido… Y deseo no haberlo sabido… Y la esperanza se alejó de ella como un pajaro liberado de su jaula… Y supo cuando volveria a ver a su pequeño hermano Peter: NUNCA JAMÁS.