Dolor sin fronteras
Que suba mi voz al cielo
y baje a la tierra y hable.
Y que sepa todo el mundo
que es lo que siente una madre
con un enfermo mental,
que no la comprende nadie.
Es un dolor sin fronteras
que lleva siempre delante,
por la mañana y la noche,
al mediodía y por la tarde.
Y va diciendo en silencio,
que difícil es ser madre.
Pero el corazón te dice:
“Es una cosa muy grande.
Que lo has llevado en tu vientre,
que lleva tu misma sangre,
y es un trozo de tu cuerpo,
y es un trozo de tu carne.”
El amor,
llegaba una vida nueva.
Nacía mi hijo el mayor,
como un sol de primavera.
Traía con él la alegría,
que desea una pareja.
Nuestro amor iba creciendo
como río en la ribera.
Como pájaro en su nido,
que ve el mundo cuando vuela.
Transcurrieron cinco años.
Llegó otra vez la cigüeña.
Nacía nuestro pequeño,
con una alegría inmensa.
Y el fruto de nuestro amor,
tenía su recompensa.