Resbala sobre mis pupilas tu ternura
Resbala sobre mis pupilas tu ternura,
en la noche que nos cubre vibrante de alas;
en la oscuridad miro los ángeles brillantes
blandiendo sus ardientes espadas;
ya en el amanecer tu entrega lo mejora todo;
serenas los querubines del infamia.
Edifico con ladrillos de agua en las llanuras de tu piel.
Tu sonrisa hecha de espumas siderales
transparenta un mundo nuevo.
El amor a veces deja una extraña herida, hecha de anhelos y besos,
cicatriz parecida a la flor aun no vista en la profundidad del bosque.
Tu palabra lo sosiega todo.
Al final del aquel lapso;
de aquella noche, tu eres mi bálsamo.
El sentido del verbo entregar,
unido a tu cuerpo alcanza su verdadera significado.