La Despedida
Pocas cosas son mas desagradables que el proceso del desamor, romper rutinas, sueños y promesas forman parte del que hacer, en la transición de devolver tu alma y sentimientos desde la nube donde sólo danzan y habitan los enamorados hacia una sola entidad, a su lugar de origen (del cual ahora tal vez te arrepientas que haya salido) aguardando para una próxima vez o maldiciendo incluso las posibles ocasiones en la cual esto pueda volver a pasar uuunaa veeez mas (eso va fluctuando con el estado de ánimo)
Odio esa sensación que nos hace sentir vulnerables como niños, recordar ese sentimiento de vértigo que se apodera de tu humanidad cuando ya sientes que estas cayendo perdidamente enamorado y que según tu propias experiencia nada bueno sale cuando tienes esos sentimientos así, expuestos a flor de piel…
Pero que mas da, de pronto recuerdas que no es la primera y difícilmente sea la ultima vez que toca levantarse, empezar de 0 y hacer un gran esfuerzo para borrar a esa persona de tus ratos cotidianos, donde siempre tenia la mala costumbre de aparecer, en los pequeños detalles y etapas del día a día que van desde desearte un feliz día, abrirle la ducha, o relacionarla con canciones que hicieron suyas, hasta estirar la mano y sentir que duerme ahí tumbada a tu lado… No queda mas remedio que arrastrarse hacia adelante enderezar el paso y seguir, porque como bien dice Cerati, “El fin de amar, es sentirse mas… ¡Vivo!”
