Con tu corazón al hombro
Llegaste
con el sol de otoño…
cuando
la tarde empezaba a crecer…
sin
decir adiós, se fue mi niñez
y en un
instante el Uruguay te vio mujer.
Tantas
veces te vi alejarte…
vestías
mi aliento en tu piel…
el
campo se llenó de sombras…
las
mismas te hicieron volver.
Con tu
corazón al hombro…
voy
secando la sangre con mis manos,
mientras
la naturaleza,
perfuma
mi sed de perdón.
Con tu
corazón al hombro
voy
besando las sendas de mi tierra.
¡Ay!
Si con Dios pudiera hablar
pediría
escuchar tu canción.
A
América la vi desnuda,
con mis
brazos la quise cubrir,
se hizo
sentir el río en mi voz
y el
Continente se acercó para decir:
“Se
abrirán las puertas del mañana
y el
Hombre dirá su verdad”.
Mientras
tanto, acunaré tus sueños
que son
sueños de libertad.