Orquesta de calcio
Hasta las flores
suenan a hueso
cuando chocan.
Juncos huecos,
oda al vacío.
No existes
y, por consiguiente,
yo tampoco existo.
Se niega el espíritu
a seguir vivo.
En este desierto ausente
que trata la soledad con mimo
¿Qué quedó de mi suerte?
Orquesta de calcio,
oda al vacío.