LA MUERTE DE LA ROSA

LA MUERTE DE LA ROSA

Cuenta la historia señores

que un tallo de rosa un día

cuando mejor se sentía

de su madre fue arrancado,

tan solo por el pecado

de ser el más sano y fuerte

¡Oh, que despiadada es la gente¡

-gritó al ser despedazado-.

Pero al no ser escuchado

quizás por la crueldad,

en un balde fue a parar

con todos sus pedacitos

sintiendo temor y frío

pues no sabía nadar.

 

¡Qué malicia hay en la gente¡

-el probrecillo pensaba-

mientras los días pasaban

en su húmedo aposento,

sentía un dolor intenso

no solo físicamente

aún no concebía en su mente

el motivo de la injuria,

maltrataron sin penuria

entre tantas ilusiones;

la gran cadena de flores

que algún día engendraría

y los tallos que algún día

serían progenitores

 

¡Si hay un Dios en las alturas¡

¿Por qué mis ruegos no escucha?

¡y si la vida es injusta¡

¿No debería ser juzgada?.

Son preguntas que pasaban

por la mente moribunda

del que ya casi en la tumba

su último ruego espiraba,

ya ni esperanzas quedaban

para el que fuera un prospecto;

y justo en ese momento

la mano misericordiosa,

del asesino que corta

¡Acabó su sufrimiento¡

 

No duró mucho el descanso

para el pobre en su terruño

pues sin ser un vagabundo

a la tierra lo arrojaron,

y sin pena sepultaron

poco a poco su esperanza

cuando la fría balanza

del destino se ensañó

en robarle la ilusión

que su corazón forjaba.

En la tumba se escuchaba

fuertemente su lamento,

pero sin sentir tormento

el criminal, lo ignoraba.

 

Con el paso de los días,

que tal vez fueron semanas;

se fue apagando la llama

de su fuerte corazón.

Él sentía con temor

que la vida se esfumaba

pero siquiera gritaba

implorando compasión

pues entendió que el dolor

que brotaba de su alma

no le quitaba la calma

al que fuera su verdugo,

y aunque fue un golpe muy duro

vio que su vida espiraba.

 

No hubo por él un lamento,

nadie en el mundo lloró;

y nuestro amigo murió

sin que a alguien le doliera

pues la vida traicionera

que un buen día le dio el ser

ni en la tumba lo fue a ver

cuando estaba sepultado.

Pero le tenía guardado

el destino más incierto

que no lo habría descubierto

ni el más grande de los sabios

continuando los agravios

aunque el pobre estaba muerto.

 

Cuando se ausentó la magia,

de su último suspiro;

otra vez el cruel destino

sobre él se hizo presente

y notó que de repente

de sus restos maltratados

poco a poco había brotado

en su ser una esperanza,

que sería a semejanza

de lo que él un día fuera

un retoño en la pradera

con un mundo de ilusiones

que se harían decepciones

a medida que creciera.

 

Al llegar la primavera

de esa misma temporada,

con la mañana soleada

el retoño, ya crecido;

se nos había convertido

en una preciosa rosa

que por ser tan majestuosa

como su madre había sido,

un rebelde enceguecido

por la dicha y el amor

de un golpe arrancó la flor

para dársela a su amada

quien bastante entusiasmada

la tomó, y la deshojó.

 

Fue una muerte muy serena

y bastante despiadada

pero no importaba nada

¿Qué es para el mundo una flor?.

¡Eso mismo pienso yo!

cuando el mundo me golpea,

la vida es una moneda

con sus dos perversas caras

la de arriba afortunada

la de abajo opuesta al cielo,

pero no sientan recelo

que en el azar de la vida

reirán estando arriba

y llorarán contra el suelo.

 

Aunque es cruel amigos míos

es la historia de una rosa,

quien por ser esplendorosa

da su vida por ser bella;

no se lamenten por ella

sientan pena por si mismos

porque son para el destino

un montón de humanas rosas.

Ya entenderán estas cosas

se los puedo asegurar

yo también quise volar

pero cortaron mis alas

y ahora solo tengo ganas

de llorar y agonizar.

 

 

 

 

 

 




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