Lluvia.

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Lluvia.

Lluvia

La lluvia
empezaba a caer cuando Mónica y yo nos disponíamos a salir del instituto.
Cuando vimos lo recio que estaba la lluvia, decidimos quedarnos un rato a que
se pasara, después de un tiempo Mónica me indico que nos fuésemos, ya que se le
hacía tarde y la lluvia no daba indicios de parar, al contrario los relámpagos
empezaban a cubrir el cielo.

-He, nos vamos a
mojar-. Dije preocupado.

-¡Vamos!, que
solo es una lluvia. Dijo

Corrimos hasta
llegar a un establecimiento con carpa, una tienda de abarrotes. Nos aguardamos
un rato.

-cuando
lleguemos a tu casa me prestas un paraguas.

-claro, como
crees que te voy a dejar ir en tan tremendo aguacero, además parece que va caer
granizo.

La lluvia cesó
un poco, y nos fuimos corriendo a su casa. Lo cual su madre aguardaba en la
entrada con un paraguas.

-Hola madre.
Dijo Mónica al verla.

-Hola hija- dijo
un segundo después de que nos observase.-veo que la lluvia los agarro, mejor deberían
entrar y secarse, no quiero que se enfermen… Tú también, deberías secarte.

La madre de mi
amiga ahora se dirigía a mí.

-Oh, no quiero
causarles molestia, solo quisiera un paraguas para irme…

-¡Tonterías
muchacho!- dijo instintivamente.

-Será mejor que
entres, o ella te obligara. Dijo mi compañera.

-Además no
tardare mucho, y talvez nos puedas acompañar a comer, ¿eh?, ¿Qué te parece?

-vale.

Su madre se fue,
y Mónica me mostraba el camino hacia adentro de su casa. Al entrar no quise
provocar más molestias de las ya dadas, así que me quede parado en el tapete,
pues de seguro mojaría todo el piso, pensé. Ella me quedo mirando, con esa cara
de burla juguetona, que bien se le daba, ya que era la chica más joven y
traviesa del salón, como también una de las mujeres más bellas de mis amigas.

Camine hacia
ella, y ella me agarro de la mano y me indico su alcoba, me dio una toalla,
seguidamente, me llevo al baño, me seque lo más que podía. Después ella entro,
cuando yo salía, ella tardo un poco más en el baño, yo me quedé parado en la
habitación.

Ella al salir
del baño con la toalla en el cabello me vio y me dijo.

-No piensas
quitarte la ropa-dijo ella sorprendida, al ver como mis ropajes aun empapados
por el agua escurrían gotas que llenaban el piso, cual niño mojando sus
pantalones.

-estás todo
empapado. Me dijo.

-No tengo nada
que ponerme- le dije.

Ella me dio un
pijama de su padre, me la puse en el baño, y al salir note que ella estaba
cómodamente posada en la cama, vamos era su casa, su cuarto, ella podía posar
como se le diera su relinchada gana, ella sostenía el control remoto arriba
mientras que con su otra mano la aguardaba entre sus piernas, una forma de
atraer calor, pensé.

Al verme ella
soltó una risa.

-Eh, por qué te
ríes-,- dije.

-Te pareces a él-,
me dijo.

-¿A quién?-,
pregunte.

-A mi padre-
contesto.

Reímos los dos
por un lapso de tiempo. Después ella me invitaba a acostarme en su cama para
que viéramos televisión juntos, no tardó mucho cuando se me encimo, y, entre la
lluvia y el sonido me robó un beso, me deje llevar y la besé más y más, hasta
llegar a besar su cuello, sus pechos, ah, grandiosos y magníficos pechos, su
ombligo… Me contuve, pues le dije En cualquier momento puede llegar tu madre.

Ella no le
prestó atención a mi comentario, así que siguió besándome, hasta sacarme la
polla. Ya fuera ella empezó a besarla. No pude contenerme. Le dije en palabras
fuertes, que su madre no tardaba en llegar.

Ella se levantó,
y me hizo que me vistiera. Solo a ti te daba está oportunidad, y la
desaprovechaste, ¡lo siento por ti!, me dijo.

Después de un
rato su madre llego, alegrado por lo que podía ser una escena penosa para ella
y para mí. Comimos, no hizo comentario alguno sobre que yo tenía el pijama de
su esposo, al cabo de un rato me vestí con mis prendas ya secas, pues la señora
se ofreció a ponérmelas a secar, ya después me despedí y me fui, ella no me
miraba a los ojos, así que no tome importancia y seguí mi camino. La lluvia se
había calmado, así que camine con paso seguro y suave.

En mi cama aún
pienso sobre la oportunidad de mi amiga, pero de haberlo hecho, hoy no seguiría
siendo mi amiga, talvez mi novia o amante o talvez nada.




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