Acta de Nacimiento
Acta de nacimiento
Recorrí con miedo las primeras letras de tu
nombre
Para que no me descubrieras destapando tu
inicial misterio
Aunque estabas frente a mí, quería estar
oculto
De aquella mirada, de aquellos ojos profundos
La hoja de tu historia estaba entre la multitud
De fotos, con sonrisas acostadas en una nube
Y con adornos con la boca llena de colores
Que perseguían a los dolores, hasta verlos
confundirse con el viento
Caminaba entre tus letras pensando en tu amanecer
En el día que viniste a conocerme
Días después, años después
Pensando en tu reacción al entrar a este mundo
A este mundo de vagabundos y charlatanes
¿Por qué viniste acá?
¿Acaso a verme si quiera un instante?
¿Acaso no era distante?
De aquella mente limpia y juguetona
De aquel espíritu simple, como simple el
universo y sus reglas
¿Viniste a darme un beso?
¿O viniste a darme tiempo?
Olí la hoja de tu vida buscando el olor de la
alegría
De un nuevo amanecer
Pero solo encontré letras caminando hacia el
fin
De aquel mundo inocente mezclándose con este, incierto
e ilusorio
Quería sentir el sol en mis ojos como aquel día
en que viniste acá
¿Dónde estaba yo cuando llegaste?
¿Estaba esperando que pensaran cómo llamarte?
¿O fui yo el que te llamé?
Fui yo el que te fabriqué con aquellos átomos
rebeldes
Fui yo el que te traje para que me ayudaras a
despertar
Fui yo el que te puse el disfraz para que
entraras en este mundo
Fui yo el que te trajo conmigo
Nadie lo puede creer
Porque mis letras no aparecen entre las tuyas
En tu hoja no aparecen mis letras
Y las tuyas no aparecen en la mía
¿Te acuerdas de los días que nos fumábamos la
alegría?
Inhalábamos ruido y exhalábamos silencio
Y quedaba un caldo de paz en nuestras mentes
Para reír sin cesar, para vivir sin pensar
No era suficiente para ti
Siempre deseabas más
¿Cómo no desearlo?
Si cuando se acababa el humo y el caldo se
enfriaba
Regresaba aquel demonio a buscarte
A silenciarte, a alejarte de mí y de ti misma
Quise regresar al instante cuando escapaste de
aquel mundo para venir a este
Poder conocerte antes, mucho antes
Y conocerte, conocernos desde niños y
protegerte
De aquel demonio, de aquella llama
Acompañarte con mis letras desde mucho antes
Mucho antes de perder la alegría
Cuidar incluso de la hoja donde se escribiría
tu historia
Desde mucho antes
Quería esconderte entre la multitud
Como lo hacías con tu hoja
Quería que conservaras tu brillo y alegría
Por siempre, por siempre
Quería ayudarte
Pero a mí también me esperaba un demonio
Día tras día, detrás de la sombra que aplastaba
el árbol de la alegría
Para talarme y consumirme como leña entre el
frio de la muerte sombría
Cuando llegué al final de tus letras
Acariciando la hoja con mis dedos grasosos
Descubrí que era solo un papel
Con letras moribundas
Inmundas y siniestras, pistas y etiquetas
De lo que debe ser una vida
Eran letras llenas del vacío mismo de la
existencia
En un mundo de hojas que a diario eran
incendiadas por el ángel de la muerte
Tenerte entre mis brazos no estaba escrito en
ningún lado
Y nadie lo estaba escribiendo
Era solo un momento, un instante
Para recordar durante el viaje por el rio de la
eternidad
Sin letras, sin hojas, sin nombres y nada que
buscar