Los Poemas de D “el
Los Poemas de “D”
El Hombre Que Temía Amar
by Darwin Ramirez
“Manifiesto De Amor”
Clima, perfecto, ambiente, perfecto, sonidos, perfectos, compañía, perfecta; definitivamente esta bella noche es perfecta, es un regalo sublime y delicado que con cada destello de briza fría muere un momento inolvidable en la memoria, solo te espero, siempre fiel cada día al momento poder de mover mis cartas y mis manos seduciendo los sentidos solo con el fin de conocerte, pero ciertamente hay un placer en esta espera, el que no acabe la ansiedad cuando no apareces.
Es confuso, extraño y magnifico como vuelan las horas pensando el verbo adecuado como preciso, poemas, versos que salen ante el paso de la luna asomando su rostro… una agradable compañía llena de nobleza. El bello movimiento y cantar del olivo que fluye con el aire solo engrandece el deseo por unos labios sonrientes donde hacen volar mariposas mostrando una intensidad propia, muy escondida y olvidada en el pensamiento, que calienta el motor para crear nuevos recuerdos en donde existe una única protagonista, ¿es lo correcto? Lo mejor es no pensar, solo sentir. Apareció de repente una romántica amiga que guarda secretos de amantes sin control y aquellos que aman en secreto.
-Cuéntame, ¿ella piensa en mí? Solo tú sabes esa respuesta y tu brillo calla arrebatando una sonrisa tonta de unos labios deshonestos por mentir guardando lo que tú ya sabes… te ves hermosa, levantándote de manera romántica sobre un lienzo lleno de deseos y fabulas. Acompañas, aconsejas, acoges y llevas el agasajo del corazón enamorado al límite del sentimiento ilustre y poético que nació de la Grecia y Roma de tiempos pasados, solo hay un favor que pedir… recuérdale mi voz… y, una exigencia eterna… que no olvide el favor anterior.
“Otoño”
Ese tono, esa monocromía que describe y refleja un solo sentimiento, ¿cómo es posible que existas en la inmensidad de tu naturaleza sin ser descubierta? Esa belleza oculta en los entretonos y la cromosintesis que esconde tu magnificencia extendida en la infinidad de la planicie. Creas aires de nostalgia y regocijo, la paz de la camelia cuando florece no se compara con la morfogénesis que te precede en tu ciclo, ¿cómo se descubre? Imposible de responder, solo la vida es capaz de regalarte al más obvio de los sentidos.
Simple. Desde el fruto que genera lívido y deseo apareces hasta en la ventana del alma. Te omitimos. Te desviamos y te denotamos como un acompañante que ayuda a resaltar lo ajeno sin notar la grandeza de tu creación, sin ti no habría distinción, sin ti la metamorfosis de la luna no sería la armonía más conocida desde el comienzo de la historia, ahora te como, te bebo, te admiro y te beso en los labios acaramelados de tí mujer deseada, eso me hace desearte, me llena de gozo y de furor por encontrarte, solo para volverme a hipnotizar con los sentimientos que generas.
Te conectas con lo holístico de la abundancia, con el deseo de la piel desnuda creando un orgasmo tan placentero e irrepetible como una manifestación enigmática de la verdad y la tragedia por tu corta permanencia. Se crea un vicio por tu desaparición, te vas, creas el cataclismo angustiante de la abstinencia que castiga hasta el fin de la vida misma. Apareces. Desapareces. Naces y mueres, renaces, pero con una inevitable caducidad anunciada, nunca eres la misma aunque aparentas serlo. El engaño más cruel, cayendo en lo más bajo de la fantasía porque te amé y te perdí, ahora permanezco en el duelo constante de un clon barato de tu belleza.
Me enamoré, me ilusioné, te probé, te gocé, te odié, te tuve, te llevé al infinito y enviudé.
“mirada en desasosiego”
Lo siento y no es agradable, es una prisión de casi cuatro lunas que lo único que sientes es coraje, se siente estar encadenado pudiendo volar, se siente, como el grito desgarrador de un ave prisionera deseando la muerte ¿cómo puede existir algo tan grande que se desencadena con una simple melodía? Quisiera saber que significa, saber a qué viene todo este royo que me hace caer dentro de mi propia sombra, que persigue un cuerpo inerte, que está dirigido por la prisión más cruel, en donde se repite esta tortura masoquista por el hecho de querer averiguar que es todo esto, donde se consigue la llave de la cadena opresora.
Significará acaso ¿que son las ganas de querer volar con las alas quemadas con un retorcido cuerpo de hierro y acero? O ¿es el recordatorio de la fragilidad del deseo más profundo y anhelado? Creo que es la lucha incansable con un inconfundible nudo en la garganta, justicia, es lo que deseo. Y el Amor. Es lo que temo perder, temo perder la libertad de amar y las ganas de la batalla justa para encontrarte, para encontrarte de nuevo.
No es mi libertad de hacer, sino de amar y volar en compañía por encima de la luna negra de papel, confía, te encontraré y no te dejaré en lo que permita la extensión de la promesa más grande de Romeo. Allí estas a la vuelta, inalcanzable y de frágil sentimiento que me hace el más leal amante enamorado, las horas parecen una eternidad amarga llena de desasosiego esperando el regreso inocente de tu mirada, de tu sonrisa sincera y de tu propia lucha. Tus palabras mienten, pero tus ventanas hablan, dicen toda la verdad detrás de bambalinas de terciopelo y rosas a punto de fallecer. ¿cómo decirle al tiempo que te olvide en su inmensidad? Le pregunté a los Dioses y con ello, esperaba una respuesta bajo su supremacía, su silencio se hizo ley, se rindieron y nacieron historias en desgracias por lo no correspondido.
Me aterra, me aterra el misero hecho de no recibir una carta en respuesta a lo que te anuncio, dime cómo y donde amada mía, volveré a conocer tu sonrisa con tus trabajosos y rutinarios días. Sueño largas noches confundiendo la realidad con mi deseo, tu boca rozando la mía sintiendo esos labios, el color de tu piel. La promesa sigue en pie en la fantasía de alguien diciéndome que hacer para hacerte regresar, mi sol se fue aunque amanezca, soy fuerte para ver la noche caer y volver a ver el primer rayo de luna en piezas rotas de mí en el cristal más frágil. Allí estaré para ti. Firme con mi propia fuerza, con mi propio espíritu, por mi propia oscuridad que se va lejos. Solo. Frio. Muy frio, con los ojos abiertos y dispuestos a ti contra la calamidad de la distancia. Cree mi amor, allí estaré, viviré y esperaré tu regreso.