UN FANTASMA MIEDOSO

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UN FANTASMA MIEDOSO

Loti era un fantasma muy singular, le tenía miedo a la gente, no quería salir en la noche a asustar ya que le daba terror las personas que  se le pudieran aparecer.

Los jefes de los fantasmas, manifestaron su preocupación, por el miedo de Loti, no es normal que un fantasma no quiera asustar por temor a la gente. 

– ¿Qué le pasará?. -¿ Será que algo le sucedió en el curso de principiantes?, dijo el jefe mayor.

– Probablemente algo le pasa, es raro que le asusten las personas, debe ser todo lo contrario.

Loti, encerrado en su cuarto fantasmal, lloraba desconsoladamente, le costaba hacer su rutina.

Mati, una fantasma, mamá, fue a ver qué sucedía. Le preguntó: – Loti, ¿qué te pasó?, ¿por qué estas tan miedoso? es tu naturaleza querer asustar a los mortales.

Loti, sollozando, le dijo, que un día cuando estaba haciendo su trabajo, llegó a una casa donde vivían unos trillizos, los cuales tenían un comportamiento muy desordenado, al ver a Loti, lejos de asustarse buscaron una aspiradora y lo metieron allí, lo sacudían y lo tiraban hacia todos los lados, para noquearlo. Después de una rato de hacer esto, abrieron la bolsa  de la aspiradora y al verlo salir le rociaron pintura fosforescente. Loti, un tanto mareado por tal jaleo, no ofreció resistencia, intentó volverlos a asustar, sin embargo los trillizos se rieron de sus muecas, imitándolo.  

Loti, se sintió confundido, no entendía porque no los asustaba, inmediatamente salió de allí y comenzó a volar por las calles. En eso le salió un gato de un basurero, al verlo quiso asustarlo, el gato se sentó y lo observó, sin mostrar reacción. 

UUUUUHHHHHHH, TE ASUSTOOOOOOOOOOOOOO, dijo con una cara alargada.

El gato, ni corto, ni perezoso, le dijo: – no me asustas, creo que has perdido tu luz.

Loti, se paró en seco y le dijo, – será que eso me ha pasado, quise asustar a unos niños y me fue imposible.

El gato le dijo:  – seguro, yo que puedo ver más allá de lo real, no veo tu luz de fantasma,  todo lo contrario, te percibo pero no me asustas.

Loti, bajo la cara y  se fue a casa desconsolado.

– Mati, eso fue lo que me pasó, perdí mi luz de fantasma, ¿ no sé cómo recuperarla?

Mati, que tenía la experiencia de las abuelas, con sabiduría, le dijo: – mira hacia tu interior, pregúntate ¿Por qué has perdido tu luz?, luego descansa a ver que mensaje te llega.

Loti, se sentó, indagó en su corazón y decidió esperar la respuesta.

Una voz muy sutil, le dijo:- Porque has dejado de creer en ti, te falta valor de demostrar quién eres realmente, para que brille tu verdadero ser. 

En ese momento Loti, reconoció que había dejado ser él mismo, para aparentar ser más duro  que sus demás compañeros, dejando  de lado sentimientos que afloraban, no adecuados a su rol de  espectro que asusta, comprendió que debía aceptar esos sentimientos y asimilarlos a su vida fantasmal. 

Después de entenderlo, se quedó más tranquilo. Cuando se decidió salir a asustar, logró su cometido, pero algo cambió en su interior. Cuando su corazón le indicaba que no debía asustar a algún niño, no lo hacía, se conmovía con los atardeceres, con las hermosas flores que veía en los campos, con las parejas tomadas de la mano.

Loti, entendió que era un fantasma diferente, más sensible y amoroso, ante las cosas terrenales. 

Su luz nunca se volvió a extinguir. 




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