EXISTEN LOS ÁNGELES
Mucha gente creen que existen guardianes en nuestra vida, le llaman ángeles, seres custodios que nos protegen de los peligros que enfrentamos día a día. En diferentes religiones se habla de estos seres que nos cuidan desde muy pequeños, inclusive existen oraciones que aprendemos para invocarlos: “Ángel de la Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche, ni de día”…, pero cuándo sentimos estos seres especiales?, generalmente pocas veces, sin embargo actúan de manera silenciosa en nuestra existencia.
Existe la creencia certificada por muchos estudiosos en el tema que cuando nacemos, se nos otorga un ángel guardián que nos acompaña hasta el final de nuestra vida.
En mi vida he sentido en varias ocasiones la presencia de un ángel guardián, cierta vez estaba dando clases en una prestigiosa Universidad de Caracas, salí muy tarde en la noche y no pasaba ningún tipo de transporte, en ese momento le pedí a Dios que me ayudará y apareció de repente un carro con una persona gritando: Profe… venga y le doy un aventón, no lo conocía, sin embargo parecía que él a mi sí, me monté con confianza y me acercó a la estación de metro más cercana.
Cierta vez un tío vino del interior del país a visitar a mi familia, llegó en la madrugada a la zona dónde vivíamos, estaba perdido buscando la dirección de mi casa, no había nadie en la calle, de repente apareció un Señor y aprovechando la situación corrió a su encuentro y le preguntó de manera ingenua:
– Buenas noches, señor… ¿Usted sabrá dónde vive el Sr, Rafael Piñero?… él tiene cuatro niñas muy hermosas…
El Señor le dijo que si y lo acompañó el camino que le faltaba para llegar a la casa, (situación poco probable en la capital del país), al darle las gracias el señor se retiró sin mediar palabra. Mi tío no sintió temor, todo lo contrario, le pareció extraño que un desconocido se ofreciera gustoso a ayudarle, probablemente…era un ángel.
Mi madre cuenta que cuando era muy pequeña, su madre la envió a otra hacienda a buscar comida, vivía en el campo y las casas quedaban alejadas unas de otras, para llegar a la casa necesitaba pasar una quebrada, no era muy profunda pero estaba un poco crecida ya que había llovido un poco, como era muy pequeña y delgada fue arrastrada por la corriente, como un kilómetro de distancia, al llegar a pocos metros de la orilla, sintió como unas manos envuelta en luz blanca la sacaban del agua, ella se sintió desvanecer y luego al recuperarse estaba a salvo en la orilla de la quebrada, quién se supone que era, probablemente…su ángel guardián.
Vinimos a cumplir una misión en la vida y Dios hará lo posible para que la cumplamos, otorgándole el poder de cuidarnos a los ángeles custodios, quizás podemos pensar y qué pasó en esa oportunidad en la que tuve un accidente y salí lastimado o cuando fui robado por unos bandidos, quizás nuestro ángel estaba advirtiéndonos de alguna manera, quizás no escuchamos nuestra intuición o cierta voz interior que nos decía: – no te vayas por ese camino o esa persona no es confiable…
La fe en que Dios nos protege es importante, de ella también depende nuestra protección y seguridad, sintamos entonces que nuestro Ángel Guardián está siempre con nosotros, cuidando nuestra preciada vida y pidamos diariamente de su intervención, conversa con tu ángel y pídele te dé la sabiduría necesaria para caminar seguro por este mundo.
Que Dios y tu Ángel Guardián, te acompañe siempre.
Los quiero.
-Cuéntame alguna experiencia con tu Ángel Guardián.
Me encanta la penúltima frase donde pone:”conversa con tu ángel y pídele que te dé sabiduría”. Creo que lo intentaré hacer. No sé si son ángeles o los espíritus de tus seres queridos o antepasados o simplemente, nuestra intuición, pero yo desde que falleció mi padre siento que aún está conmigo. Además que tengo la extraña facilidad de encontrar por todas partes (en las matrículas de coches) y momentos (en las horas) el número 44 y últimamente, que me he enamorado de un chico que nació el 5 de mayo, suelo ver el número 55. Desde que lo vi tengo la sensación que fue (en una vida pasada) y sigue siendo mi pareja, aunque dudo que algún día lo llegue a conocer. Es como si ahora tuviera entes afines a él cerca de mi.