El sollozo por mi hermano
Lágrimas de sulfuro
Se derraman en la frontera,
frontera que limita entre:
Colombia y Venezuela.
Mujeres, hombre y niños
defienden con su bandera;
el derecho a vivir:con dignidad
Y tranquilidad en sus mesas.
Mesas , que hoy por hoy
Se visten de sórdidos trajes, en
donde en unas se encuentra livor y
en otras: los gritos de hambre.
Señores míos ¡Cuánto dolor!
¡Cuanta miseria! ¡Cuanta comida del aire!
se respira en nuestra amada Venezuela.
En donde ahora , un pobre niño
abraza las sobras de una cucaracha.
Y allá en la cumbre , el putrefacto Maduro
Se ríe con el caviar en la panza.
¡Cuánto me dueles hoy Venezuela!