Sol rojo
Eran las 7:00 PM. Salíamos del trabajo a la misma hora, cruzábamos miradas, nos veíamos a los ojos; Pero nunca dijimos algún tipo de palabra.
Yo era considerado un hombre rudo, dedicado a su labor, elegante, siempre usando chaleco y sombrero. Ella era la más hermosa de la oficina, risueña, divertida y una persona amigable. Mis amigos me decían que me acercara a ella, las políticas de la oficina no consentían este tipo de relaciones
A la hora de salir, la vi a lo lejos, quería acercarme, pero mi duda no me dejó. Opté por escribir una carta, sin importar mi trabajo, sin importar mi futuro. Por un momento sólo pensaba en ella, cuan feliz podría ser si fuese la indicada para mí; Nunca había creído en que existía un amor verdadero, sólo pensaba en que debías estar con quien tuvieses buena empatía. Había estado con muchas mujeres, pero como ella nunca había hallado a alguien.
Ese día a esa hora, le dirigí mis primeras palabras: “Espérame abajo, debo hablar contigo”. No sé qué habrá pensado cuando dije esto. A la hora estaba ahí, junto a su coche. Me fui acercando lentamente a nuestro encuentro; Entregué mi carta y al final… Ella no la abrió, simplemente mostró una linda expresión, nuestras almas se vieron a través de nuestros ojos, encendió su Cadillac y condujo hacia el gran sol rojo.
0 Comentarios