CONTACTO
Una
neblinosa mañana, de en medio de las nubes tóxicas que cubrieron la faz del planeta
luego de la última guerra, hizo su aparición por primera vez la esfera; justo
sobre la ciudad de Amarto, la capital más importante de la beligerante región
de Esperfices.
De
inmediato las alarmas de la ciudad se encendieron, el ancestral y mohoso domo
reflector se movió nuevamente con juvenil agilidad. Los proyectiles de los
anillos de defensa fueron lanzados, pero a pesar de acertar el blanco como
siempre, no hicieron mella en la estructura de la esfera plateada que se posaba
amenazante sobre la urbe que intentaba esconderse bajo su pantalla protectora.
Dentro
de la mole impenetrable del ágora, los encargados de todos los círculos de
defensa estaban más atareados que nunca. La paz los había hecho fofos e
imprecisos y ahora podían ser víctimas de su confianza excesiva en los acuerdos
de paz firmados con los Gestríasdes.
-¡Yo
sabía que esa farsa de la paz era un mamotreto de patas cortas!
Exclamaba
el Activador Mayor Cernjen Chur, héroe de varias batallas y patrtidario
absoluto de no finalizar la última gran guerra, sino hasta exterminar a sus temibles
e impredecibles enemigos los vecinos Gestríasdes.
En
medio de la conmoción inicial, llegó una comunicación del consejo interno de la
dirección superior, sobre una advertencia de la dirección Gestríasde,
conminando a cesar cualquier acción provocadora e intimidadora a través de la
utilización de esferas flotantes posadas sobre sus grandes ciudades.
La
confusión comenzó a abrirse paso en medio de la ira inicial y de allí a los
primeros diálogos. Se comenzó la gestión política entre las potencias en
conflicto, que al final decidieron cooperar mutuamente, en detrimento de las
opiniones de Cernjen, quien decidió renunciar al consejo con una visible
molestia.
Entonces,
técnicos, científicos y estudiosos de diversa índole provenientes de diversas
partes del planeta empezaron a arribar a ambas ciudades a estudiar a los extraños
fenómenos, que al no poder atribuirlos a ningún otro motivo, se concluyó que
erran de origen alienígena.
A la
par de las investigaciones, entre los comunes de la población, comenzaron a
resurgir taras ideológicas del pasado como supersticiones, religiones y teorías
del complot. Así, las afueras del complejo que estudiaba a las esferas, se
convirtieron en una especie de punto de peregrinación, donde empezaron a
aglutinarse cada vez más numerosos grupos de quienes empezaban a generar un
culto que le atribuía a las esferas no solo un origen divino celestial, sino
también poderes premonitorios y curativos.
-¡Son
las señales de los tiempos! Gritaban unos auto proclamados dirigentes
espirituales.
-¡Nada
escapa a la mirada de las esferas! Proclamaban otros profetas semi desnudos.
Entre
tanto, los científicos de las súper potencias, habían diseñado y creado todo un
método para acercarse y tocar la esfera Amartense. Lograron llegar hasta ella y
pudieron constatar que su superficie no era corrosiva ni vaporizante, por lo
que tuvieron luz verde para tratar de encontrar una fisura que indicase una
puerta para entrar a ella, si era posible hacerlo. Los esfuerzos sin embargo,
fueron vanos. Uno de los sabios propuso usar el cañón de Terenio, el arma más
penetrante que tenía el arsenal de los esperfisanos, para tratar de abrir un
boquete y entrar desde afuera. La desición fue unánime e inmediata en el senado
y poco aceptada entre los seguidores de los profetas, quienes vaticinaban un
estruendoso fracaso ante la poderosa divinidad de otros mundos que les visitaba.
Se desempolvó
la vieja arma y fue emplazada contra la esfera. Los ojos de todo el planeta
seguía el acontecimiento con impaciencia, mientras que los profetas anunciaban
desastres por la ira de la esfera si esta era atacada.
Cuando
los preparativos estaban en su etapa cumbre, llegó información desde las más
remotas regiones del orbe, de que otras esferas similares habían hecho
aparición.
No
había tiempo que perder, el Activador Mayor Cernjen, quien había sido designado
para operar el cañón por ser él único que recordaba su protocolo de uso, comandó
las acciones del ataque a la esfera, era ya cuestión prioritaria la
supervivencia de la especie superior del planeta antes que cualquier rencilla
sin resolver.
El
conteo regresivo paralizó a la nación, que seguía de cerca los acontecimientos.
Ya la luz del día había dado paso a la penumbra y esta lentamente fue dando
paso a la noche. De pronto se hizo la luz en la oscuridad. El cañón vomitó su
espeso haz brillante de plasma con violencia contra la esfera. Lejos de rebotar
el disparo contra sus infieles perpetradores como lo habían vaticinado los
profetas, lo aceptó en su voluminoso vientre plateado. De pronto un rumor, un
ruido como de un material que cede, como de una avalancha que se aproxima
empezó a surgir del seno de la esfera.
-¡Vamos
a partir la maldita!, gritaba Cernjen excitado por volver a la acción.
Luego
de un rato desplegando el poderoso rayo que golpeaba con furia al centro de la
esfera, la superficie que refractaba cual espejo la ciudad debajo de ella,
comenzó a desfigurarse. Por fin, la esfera cedió con estruendo. Una oleada de
una materia mal oliente y pastosa, de color ocre y olor rancio emergió de la
esfera arrasando todo a su paso, destrozando el centenario escudo de Amarto, destruyéndola
y contaminando aún más al erosionado planeta.
Mas allá, en el espacio
exterior por encima del diminuto y turbio planeta Dartos, estaba estacionada la
SS (StarShip) Gaia, que se había detenido a realizar reparaciones menores. La
décimo octava generación de clones a cargo de tripular la nodriza, se
encontraba descargando las vesículas de residuos fecales, desechos del reactor
de reoplasma y otros varios contaminantes de la nave; liberando su enorme
sistema digestivo mientras ponían a tono el reactor 116 que presentaba fallas
técnicas, para llevar su valiosa carga de genoma humano conservado, en su larga
peregrinación por el desierto estelar en busca de un planeta nuevo en donde
fundar una nueva colonia terrícola, para encontrar lo que así creían era su
merecida segunda oportunidad.