Fuego
Desperté una mañana después de una larga noche
Busqué un gran árbol
Estrelle en él pares de tazas, pares de vasos
Pares de platos, pares de fotos
Hice leña del árbol caído
E incendié todo lo que pude
Debía quemar todo, todo debía arder
Todo debía perecer, todo debía marchitarse
Me senté frente al gran fuego
Se reflejaba en mí
Tanto que me refleje en él
Lo anodino de aquel acto
Fue que por más que mí cabeza estuviera en llamas
También lo estaba mí corazón.