Pipo, es un perro muy especial
Pipo es un perro que tiene algo así como 10 años de perro, Pipo un día se levantó y se miró en el espejo que tiene al lado de su cama y se dio cuenta de que era un perro muy especial, especial porque es el único perro de su raza que quiere a los demás perros, es decir Pipo es un perro amigo de todos los amigos, amigo de todos los perros no importa su color y su origen, no importa de donde vengan ni mucho menos si quieren o no compartir un rico y delicioso hueso. Pipo un día se levanta de la cama y se mira en el espejo que tiene a su lado y se pregunta, seré yo un perro o de un momento a otro me he convertido en mi propio amo? Porqué será que me hago la pregunta, pues Pipo se hace la pregunta porque es un perro diferente a todos los de su raza, diferente porque el piensa como un humano y tiene actitudes de humano. Pipo es el mejor amigo de todos los amigos de la cuadra, si alguien quiere hacer algo diferente tiene que contar con la aprobación de Pipo, pues el es el perro líder y el que más conoce a todos los canes de la cuadra. Pipo se levanta todas las mañanas y se rasca su cara con sus patas, además se rasca su cuerpo porque el dice que los demás perros también lo hacen y que el se quiere ser como los demás. Pipo a veces se pregunta: Seré yo un perro o un humano con características de perro, el se hace la pregunta porque Pipo no es un perro cualquiera, Pipo es un perro agradecido, es educado, ayuda a los demás canes cuando estos están en problemas, Pipo es un perro muy especial. Pipo un día hizo algo valeroso y le enseño a los demás canes y gatos de la cuadra porque el es un perro líder. El otro día Pipo estaba husmeando un poste, porque resulta que los perros normales lo hacen, husmean los palos, postes y arboles para marcar el territorio, en esa ocasión Pipo se encontró un hueso, Pipo sin medir las consecuencias de encontrar un hueso y degustarlo en un sitio donde no vive ni reside, sin tomar las precauciones necesarias, decidió que ese hueso podría ser el fin a tantos y tantos problemas que tienen algunos perros amigos suyos con los perros del otro lado de la ciudad. Pipo se fue para su casa y en el camino se encontró con los perros del otro lado de la ciudad al lado de su líder, Diablo. Pipo sintió mucho susto porque los perros son más grandes que él, mucho más rabiosos y para ellos un perro del otro lado de la ciudad invadiendo su territorio hay que acabarlo como sea. Pipo sin embargo se llenó de valor y optó por conversar con los animales eso si, sin soltar el delicioso hueso. Uno de los perros rabiosos se le acercaba a Pipo y lo miraba de reojo, pero Pipo se llenó de fuerzas y siguió hablando de las cosas buenas que le suceden a los amigos de él y que viven y sueñan con un mundo mejor mirado desde su punto de vista, los perros no le hacían caso, le ladraban y lo molestaban con el ánimo de que Pipo soltara el hueso y ellos poder atacarlo. Sin embargo Pipo seguía contándoles a estos perros historias de otros perros que en el mundo habían hecho historia, como el caso de Rin tintín, de Lassie, pero estos perros no le paraban bolas y decidieron entonces atacarlo, salieron de varias partes y Pipo muerto del susto no sabía si había echar a correr o más bien hacerse el macho y atacarlos igualmente a ellos. En ese momento Pipo no reaccionó como un humano lo haría, el humano los atacaría con armas y no con palabras como si lo hizo Pipo orgulloso de su raza y de su forma de vivir y de actuar. Pipo siguió entonces hablándoles a los perros de todas las cosas buenas que el podía hacer por ellos, de todas las amistades que se pueden hacer si uno hace cosas rectas en la vida, los perros en un principio no reaccionaban pues veían en Pipo no un amigo sino la desconfianza que une a otros perros a reaccionar en contra de los demás. Sin embargo Pipo les contó de los perros que ayudan a humanos en los incendios o en los terremotos, el les contaba de todas las cosas buenas que hacen esos perros y que el les podía enseñar a ser mejores perros pero que ellos tenían que aceptar a los perros amigos de él para ser de la región un mundo mucho mejor. De un momento a otro Diablo se hizo al lado de Pipo y le dio la extendió la mano en son de paz y Pipo le dio a compartir el delicioso hueso. Ambos perros Diablo y su gallada, al lado de Pipo se fueron al otro lado de la ciudad para arreglar los problemas que habían tenido en el pasado. Pipo era el que estaba al frente, al lado de el Diablo y la gallada de perros detrás de ellos dos. Cuando se acercaban al otro lado de la ciudad, los amigos de Pipo o lo podían creer de que él estuviera compartiendo un hueso con el perro que días atrás lo atacó con violencia. Los amigos de Pipo hicieron gala de su forma tan especial de ser y se acercaron a Diablo, lo saludaron afectivamente, luego Diablo los relacionó con su gallada y todos los perros se aceptaron unos a otros, los negros con los blancos, los pobres con los ricos, los flacos con los gordos. Mientras tanto Pipo y Diablo se hicieron los mejores amigos y aprendieron la lección de humanidad y de que antes de pelear hay que conversar y arreglar las diferencias.
Hoy Pipo está convencido que es un perro muy especial, porque tiene la capacidad de convencer a otros perros de otras razas y de otras formas de vida, de que el camino que hay que escoger no es el de la violencia, y que si atacas a tu semejante es como si te atacaras así mismo.